Cuando oramos ¿contribuimos con la curación?

Es posible recurrir a las útiles herramientas que nos ofrece el cristianismo,
cuando enfrentamos experiencias de índole familiar, afectiva y aun cuando la salud está requiriendo una atención especial.

Hay verdades que ayudan a elevarnos y nutrirnos espiritualmente, logrando paz y seguridad ante cualquier dificultad.
Este es un camino recto que la espiritualidad ofrece: la oración, constituyendo la llave para el bienestar y la salud.

Esto es lo que la Ciencia Cristiana (sistema de curación espiritual basado en el cristianismo), me ha enseñado durante muchos años. Lo he aplicado y tuve respuestas efectivas en distintas situaciones que fueron apareciendo a lo largo de mi experiencia.

La oración es capaz de transformar la manera de pensar, al reconocer y aceptar nuestro origen espiritual y así poder conectarnos con un estado ideal de salud y armonía, viéndolos manifestados mental y físicamente.

Hay investigaciones científicas sobre la efectividad de la oración. Confirman que es siempre benéfico para los pacientes que padecen algún cuadro de enfermedad, siendo este ejercicio una buena alternativa para encontrar a partir de uno mismo, la solución mediata o inmediata a las dificultades de cualquier índole.

“Los efectos beneficiosos que tiene la oración para la salud quedaron demostrados en una investigación de 10 meses en el Hospital General de San Francisco, donde se obtuvo una mejoría mayor en un grupo de pacientes que recibía oración exterior además del tratamiento convencional en relación con un grupo que sólo recibía tratamiento convencional.
Recordemos que tener salud no es no enfermarse nunca. Es también tener la capacidad de superar exitosamente los cuadros de enfermedad”.

Un aspecto importante que resalto en cuanto a la oración, es reconocer que somos líderes espirituales y que como tales, tenemos dominio de los pensamientos.

La lucha con uno mismo es grande ante las dificultades, podemos enfrentar temores, desaliento, dudas, inseguridad, impaciencia, pero un líder se mantiene erguido y firme ante las pruebas. Y esto es lo que se nos pide en la oración.
La característica principal de un líder, es tener la capacidad de comunicarse, y saber escuchar.
¿Y a quién escuchamos? En silencio escuchamos la voz de Dios, que nos habla al oído muy tiernamente, alentándonos y fortaleciéndonos espiritualmente.

Probemos orar de manera práctica diariamente. En mi propia experiencia ha sido eficaz antes de tomar decisiones, o bien ante situaciones de riesgo o sufrimiento.

Despertar con la sensación de que tenemos una vida que merece ser vivida plenamente, con expectativas de un destino maravilloso, es entender realmente de qué se trata la auténtica felicidad, (factores esenciales que contribuyen con el bienestar y la buena salud).

Elizabeth integra el Comité de Publicación de la Ciencia Cristiana en Argentina
[email protected]
Facebook: Elizabeth Santangelo de Gastaldi




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