LT39 NOTICIAS a solas con Luis Albornoz

Algo de “Mojín”

Sin mostrar su rostro, lo reconocen por la voz. Su vida cuenta que nació en Entre Ríos el 23 de abril de 1956. Está casado en segundas nupcias con Marta (odontóloga) y tiene cuatro hijos: Manuel, Agustín, Patricio y Victoria.

Ya era locutor cuando a los 22 años dejó Victoria, para instalarse en Buenos Aires, su sueño era trabajar en una radio. Después de estar tres años buscando (mientras trabajaba en una empresa), tuvo su primera oportunidad. Albornoz se acuerda el día perfectamente. “El 24 de diciembre de 1981, en Radio Antártida.” Lo llamaron para que se quede en Nochebuena anotando datos en el libro del Comfer. Lo hizo contento, aunque no abrió la boca. Recién una semana después pudo decir unas palabras al aire. El 31 de diciembre hizo un reemplazo en Radio El Mundo. A partir de allí, no paró.

Primero fue una suplencia por el verano, pero después llegaron los programas propios y el trabajo junto a “monstruos” como Graciela Mancuso y Juan Alberto Badía. Sin embargo, aunque había logrado su sueño, Albornoz hizo el grueso de su carrera en la publicidad. Le puso su voz a miles comerciales y hasta tuvo una agencia propia.

¿Cómo reconocerlo? La voz del conejito de Nesquik, por ejemplo, es de su propiedad. También la del elefante de Choco-Crispi y la del gato Silvestre. Los chicos quizás lo ubiquen por su actual trabajo en Radio Disney. “Desde que muté la voz, a los 14 años, tuve mucha facilidad para caracterizar personajes. Soy barítono, siempre me gustó mi tono de voz, pero ahora es cuando más conforme estoy. Siento que estoy en el mejor momento.”

Y fue la voz del exitoso ciclo de Canal 13 “Pulsaciones”, entre tantas otras cosas de una extensa carrera profesional




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