Un 11 de septiembre de 1988 falleció en la vecina Asunción, Paraguay Domingo Faustino Sarmiento, por lo que se celebra en esta fecha el Día del Maestro. La figura de este protagonista de la historia es polifacética, ya que fue maestro, subteniente de milicias, escritor, periodista, senador, ministro, director general de escuelas, sociólogo, diplomático, gobernador, hasta que se convirtió en presidente de la Argentina.
LT39 NOTICIAS quiso estar presente en este día tan caro al sentimiento del común denominador de la gente, ya que quien no recuerda a una maestra en especial; cuyas figuras son el artífice del crecimiento de todo ser humano, en una edad donde el espíritu de aprendizaje está a flor de piel.
Este semanario se comunicó con una maestra ícono de muchas generaciones victorienses, como es el nombre de Edda Dacca.
Su presente requiere de atención médica, ya que fue recientemente intervenida del corazón en la ciudad de Paraná , “ los latidos estaban muy lentos me llevaron a Paraná y a Dios gracia y Mará santísima dí con un buen profesional, por lo pronto ayer me dijo bueno ahora puede irse a su casa”.
Su historia, sus comienzos, su vida docente
Su vida docente se desarrolló a lo largo de más de tres décadas, comenzando al norte de la provincia, para luego sí ya instalarse definitivamente en el departamento Victoria.
“Comencé en la Escuela Nº 20 Alcaraz Segundo del departamento La Paz, yo no vivía en la escuela, porque la Directora era la esposa del Comisario del pueblo y nos habían facilitado una casa muy cómoda, ella era muy buena compañera, tengo un muy buen recuerdo, la pasamos bien, estuve varios años allí”, relató la docente.
Ya avanzados lo años pudo establecerse cerca de sus pagos, más exactamente en Antelo formando parte del staff docente de la Escuela Nº 15 , “estábamos a cuatro cuadras de la escuela en lo que se conoce como camino real, es un camino intermedio a la escuela, hermosa época y lugar, donde fue directora de ese establecimiento la señora Pacher de Sanchez, teníamos ciento veinticinco alumnos, la escuela tenía dos cuerpos de ranchos grandes con techos de paja, con bancos, un lindo pedestal para el mástil de la bandera con presencia de los chicos y después a la tarde cuando se retiraba la bandera, nos acompañaban los alumnos, se cumplía con todas las formalidades”.
Para luego sí llegar y afincarse en la Escuela Nº 1 Francisco Narciso de Laprida, donde se desempeñó como maestra de grado y secretaria titular, cubriendo temporariamente la dirección en una situación excepcional, para cubrir la acefalía de dirección; transcurrió su actividad aquí entre el 23 de septiembre de 1964 hasta el 31 de diciembre de 1987, año de su jubilación.
Dos flagelos actuales dentro del ámbito educativo, la violencia y los paros
-Actualmente es mucha la violencia que se vivencia en la escolaridad actual. ¿fue así en época?
-No, si bien yo tuve un episodio de falta de respeto, cuando en una oportunidad un alumno se rebeló y no quiso pasar a resolver un problema, intervino la Directora de entonces y luego me pidió las correspondientes disculpas; pero no era cosa a la que yo estuviese acostumbrada. Había mucho compañerismo, se trabajaba muy bien y sobre todo en la Escuela Laprida, donde en el patio que estaba a mi cargo los alumnos jugaban entre chicos y chicas, ya que “donde estaba la señorita Edda todos marchaban”….. y de eso puede dar fe el actual párroco Padre Héctor Trachitte, quien fue alumno mío cuando cursaba quinto grado.
-Otro de los temas candentes concernientes al mundo educacional , son los paros y las eternas y conflictivas paritarias. ¿Cómo se vivía entonces?
-Yo nunca tuve paro, en nuestra época nunca hubo paro, el sistema era distinto, no culpo al docente de hoy porque uno tiene que respetar a quien está arriba, las cosas han cambiado mucho y lamentablemente no para bien.
“Sólo tengo para decir que para mí la docencia fue una experiencia hermosa de vida, tuve excelentes alumnos, muy queribles, conocí mucha gente, buenas compañeras, en fin, fue mi vida”, finalizó con orgullo.
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