En la oportunidad, y con la presencia de amigos y autoridades judiciales, se descubrió una placa en la que se hace público el agradecimiento al catedrático de las siete colinas por haber donado ese edificio a La Casita del Negrito Manuel, institución que hoy se ve favorecida por los ingresos correspondientes al alquiler de la sede al Poder Judicial de la provincia.
En la oportunidad, las palabras alegóricas al caso estuvieron a cargo del padre Elías Musse, mientras que la placa fue bendecida por el párroco de Nuestra Señora de Aránzazu, Raúl Benedetti.
Nacido en Victoria, Alberto Sauret fue filósofo, catedrático en México, donde estuvo viviendo los últimos años, desde donde cada verano regresaba a las siete colinas para participar de los corsos victorienses, y falleció en febrero de 2008 en nuestra ciudad.
Foto, gentileza Celso Rendos
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