El proyecto, acompañado por al docente Raquel Morán, consistió en una extensa investigación sobre los efectos de la pesca del sábalo en las islas del delta victoriense, su impacto sobre la cadena alimenticia y algunas propuestas de solución, que tuvo como delegados en la feria a los alumnos Nicolás Caballero y Facundo Serra, pero que a lo largo del año fue trabajado por todo el curso, integrado también por Angelina Albornoz, Constanza Almada, Lola Caridad, Theo Firpo, Alexander Gabirondo, Martín González, Joaquín Gorostiaga, Guadalupe Gutiérrez, Lola Mateos, Ana Paula Ricagni Acosta, y Bruno Roncolate.
Básicamente comenzó investigando qué ocurría cuando un eslabón de la cadena alimenticia desaparecía en cualquier sistema biológico, encontrando que los niveles superiores de la cadena (aquellos que se alimentaban de la desaparecida) disminuían y los inferiores (aquellos de los que se alimentaba la desaparecida) aumentaban.
En el caso del sábalo, Caballero y Serra recordaron a Lt39noticias que se trata de la base de la cadena alimenticia, ya que varias especies encuentran en el sábalo su alimento, y este se alimenta de detritos orgánicos, por lo que la disminución de su población impacta directamente en la población de sus depredadores (dorados y surubíes, entre otros), y en un aumento de las deposiciones orgánicas en el lecho del río.
El estudio encuentra como principal causa en la merma de la población de sábalos a la sobrepesca, a consecuencia de la demanda que genera una excesiva exportación a países que, como Colombia, ya extinguieron sus especies de agua dulce por la pesca indiscriminada, o a países de cultura islámica, donde el sábalo es una pieza bien aceptada por contar con las características recomendadas desde el punto de vista religioso ya que los musulmanes comparten con judíos y cristianos que sólo están permitidos de entre los frutos del agua aquellas criaturas que tienen aletas y escamas, como el sábalo (N. de R.: en la Biblia Lev. 11.9 y Dt. 14.9, y en el Corán Sura V 5).
Entre las principales necesidades a la hora de proteger el recurso, recomendaron el cumplimiento de las normas vigentes, recordando que actualmente se establece que la malla debe tener 14,5 centímetros entre nudos y la pieza mínima es de 42 centímetros, mientras que por presión del sector pesquero se autorizaron mallas de 13,5 y piezas de 38.
Otra de las recomendaciones que hace el estudio de los chicos del colegio De la Mesopotamia es el establecimiento de criaderos artificiales y cooperativas de pescadores. Estas últimas con la finalidad de proteger los intereses de los pescadores y asegurarles un ingreso decente por una pesca razonable, evitando la tentación de la sobrepesca a la que favorecen los frigoríficos.
En el caso de los criaderos, destacaron que la experiencia indica que por el tipo de alimentación, el pez desarrollado en criadero no puede ser liberado al río, ya que moriría de hambre.
Pero la sobrepesca no es el único factor que incide en el sábalo. Debe tenerse en cuenta la construcción de diques en las islas, que lleva a dificultar el paso de los peces río arriba en búsqueda de aguas más cálidas y tranquilas en las que desovar.
El trabajo se llevó a cabo durante todo el año, e incluye entrevistas a vecinos, pescadores, empresarios, recabando la perspectiva del problema desde los más variados puntos de vista.
La medalla que obtuvieron corresponde al más alto lauro que pueden obtener en el nivel primario, donde no hay una instancia internacional, como es el caso del secundario, lo que también resalta el valor de este este premio en el área de Ciencias Naturales de la Feria Nacional de Ciencias.
RESUMEN DEPORTIVO
