El hombre tenía a la venta un kayak, publicado por su hermano en redes sociales. De esa publicación obtuvieron su número de teléfono y lo contactaron con la excusa de la compra. En la conversación, cordial y agradable, le manifestaron la intención de compra, y acuerdan un encuentro para realizar una seña de pago.
“Me dicen: ‘te mando un número para tener tu dirección’, entonces yo ni me fije, entusiasmado con la venta. Mando, y automáticamente me quedo sin WhatsApp.”
Esta estafa funciona porque cuando se instala la aplicación WhatsApp, se envía un código de seguridad por sms, que sirve para comprobar que el numero ingresado es realmente el propio. Los estafadores, al conseguir el número de teléfono por las publicaciones en redes, instalan la aplicación y sólo necesitan del código para poder hacerse con la agenda de contactos. A partir de ahí se comunican con los allegados del estafado y comienzan a enviar mensajes pidiendo dinero y enviando número de CBU para que realicen transferencias.
“Hice la denuncia obviamente, avise a todas las redes sociales que me habían hackeado la cuenta. A un amigo casi le sacan 10 mil pesos. Enviaron hasta un CBU para hacer transferencias.”
“Aprovecho para contar que en el WhatsApp se puede poner además otro código, y en el caso de ser engañado de esta manera, deberían pedirte un segundo código de seguridad “
Por fortuna ninguno de los contactos de la victima salió estafado.
“Me haces la gauchada de depositarme 10 mil pesos? y yo te los doy en la mano.” Fue uno de los mensajes enviados por los estafadores.
La estafa empezó a ser detectada por la forma en la que se expresaban estas personas, y las dificultades para escribir que tenían.
Uno de los contactos del damnificado optó por llamarlo antes de hacer la transferencia, y ahí descubrió la farsa.
Después de acudir a la policía, Ozuna debió esperar aproximadamente 9 horas para reactivar su cuenta de WhatsApp, una vez que pudo reinstalarlo, los estafadores se quedaron sin acceso.
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