Mariana Zucolotti y su familia son oriundos de la centenaria Alvear, comuna perteneciente al Departamento de Rosario; de la que partieron un mes de agosto de hace ya tres años rumbo a Victoria, “hacia esa ciudad de la que muchos hablan , después del puente”, expresó risueña.
Todo comenzó un domingo cualquiera cuando decidieron cruzar el puente, para conocer la renombrada ciudad de Victoria.
“Después de la primera vez seguimos viniendo como cualquier turista a tomar mate un domingo, luego otro, después vinimos a quedarnos un fin de semana y ya cuando teníamos que emprender el regreso nos costaba irnos”…
Aquel fue el puntapié inicial para saber que el lugar de ellos en el mundo se encontraba sobre siete colinas.
“Después de varios domingos y fines de semana de paseo, yo tomé la decisión de mudarnos aquí, sólo hubo que esperar que los planetas se alinearan”.
Si bien Mariana en su lugar de origen tenía un vivero , ya instalados aquí buscaron un rubro específico para ingresar al mercado comercial y teniendo en cuenta que ambos integrantes del matrimonio siempre estuvieron ligados a la cultura, a la literatura y al arte en sus distintas expresiones, se decidieron por los libros.
La familia
Mariana está casada con Sebastián, de profesión Maestro Mayor de Obras, tienen tres hijos, Lucio de 19, Camilo de 12 y el más pequeño Simón de poco más de dos años y que dentro del seno familiar tiene la bendición de ser el primero nacido en Victoria.
“ Mis hijos hacen aquí una vida sana, tienen muchos amigos, Camilo juega al fútbol en el Club Sarmiento, Lucio al rugby y van a la Escuela Técnica”.
Victoria “sigo enamorada de esta ciudad como el primer día”
- Después de tres años de vivir aquí ¿cómo ves en restrospectiva a la ciudad?
- Me siento igual de enamorada, no me desilusioné, no me quiero ir, sigo igual, si bien la situación fue cambiando , pero lo que me enamoró de Victoria sigue intacto.
- ¿Qué fue exactamente eso que provocó tu enamoramiento de este lugar?
- La gente, la gente común que es tan cálida, tan simple.
Mariana sentenció con sus palabras, “para mí poder elegir donde vivir, es un antes y un después en la vida de un ser humano, es apostar a un lugar donde no conocés que lo elegís porque te enamoraste”.
Para el filósofo Platón, la felicidad es posible cuando el hombre puede contemplar la esencia de las cosas y sin lugar a dudas, estas palabras caben perfecto en la frase final de Mariana, “ yo todos los días digo que suerte que me desperté acá y eso lo agradezco, porque no le pasa a cualquier persona”.
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