“Gracias a los testimonios de los chicos –de 10, 12, 15, 18, 20 y 23 años– dimos cuenta de que claramente había una situación de violencia de género y violencia familiar, no había violencia física pero sí psicológica”, explicó el representante del Ministerio Público.
En diálogo con Télam, el fiscal dijo que Miguel Cáceres, imputado por el crimen de la mujer, “no le pegaba a ninguno, pero utilizaba control psicológico y amenazas” y afirmó que “con Barbeli era muy celoso, al punto de que no la dejaba trabajar ni hacer nada, controlaba todo”.
La familia estaba constituida por un matrimonio con siete hijos en común, de los cuales seis vivían en la vivienda. Según el fiscal, “el menor de diez y la niña de doce años estaban en la escena y son los principales testigos”, los cuales contaron que Cáceres “ni bien se levantó degolló a la mujer en la cama matrimonial, tomó su moto y se fue a un campo alejado de la ciudad”.
“Los niños salieron a la calle gritando y no volvieron a entrar, por lo que se dio aviso a la fiscalía y Policía, quienes salieron a buscarlo y hallaron su moto al costado de una ruta de la localidad entrerriana de Gobernador Echagüe, a unos veinte kilómetros del lugar del crimen”, comentó.
Al llegar al lugar, los policías “escucharon ruidos y tres kilómetros adentro del campo lo encontraron a Cáceres colgado de un árbol, e inmediatamente fue trasladado al hospital San Roque, donde permanece internado consciente y con custodia policial”.
Santo caratuló la causa como “homicidio doblemente agravado por el vínculo y por la violencia de género”, y explicó que no le tomó declaración al acusado porque el médico tiene que darle el alta.
Por otro lado, indicó que en la vivienda “se secuestraron elementos de valor para la causa, entre ellos un hacha y un cuchillo grande casi como un machete, que se encontraban sobre la cama en una escena violenta”.
“Esperamos la autopsia desde la morgue de Oro Verde para saber cómo fue asesinada, pero en principio la causa fue la herida muy profunda que presentó en el cuello”, sostuvo el fiscal.
Respecto a la situación judicial del presunto asesino, el funcionario judicial sostuvo que no tiene antecedentes ni se registran “denuncias en la Policía, fiscalía ni en el Juzgado de familia y menores por violencia de género ni familiar”.
“Lo único que encontramos fue que el viernes pasado, la mujer participó de una de las charlas sobre violencia de género que dictó el Superior Tribunal de Justicia”, aseguró Santo, quien agregó que “no había ninguna restricción judicial que obligaba al hombre a retirarse de la vivienda”.
En tanto, los hijos del matrimonio “están a cargo del Área de niños, adolescencia y Familia local, que derivó a los dos más chicos con un mismo familiar y al resto con amigos y parientes”.
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