Vidas en Victoria

Victorienses o no, ellos, ellas eligieron las siete colinas para vivirlas con intensidad, para caminarlas, desandarlas, tal vez estuvieron un tiempo, otros pocos años,  algunos la vida entera,  pero todos caminaron la esencia de nuestras plazas, de la costanera, del puerto, de los boulevares, vibraron de emoción en festivales que definen nuestro sentir, bailaron al compás carnavalesco  y tantas emociones más que canalizan nuestra esencia pueblerina.  Estos personajes acompañaran con sus vidas a nuestros lectores cada fin de mes en estas páginas. En esta edición el Padre Fernando Arias, un sacerdote sostenido en un espíritu misionero.

El Padre Fernando Arias está viviendo desde hace un año  en la casa del Padre Elías Musse, ya que a raíz de un problema de salud se encuentra por estos momentos imposibilitado de moverse independientemente, por lo que junto al Arzobispo de la Diócesis de Gualeguaychú Jorge Eduardo Lozano, decidieron que hasta tanto lo evalúen,  el lugar indicado para pasar sus días era Victoria, en la casa del “Cura Elías”.

Sus primeros años y  los caminos que lo llevaron a misionar

Nació en Gualeguay un 15 de octubre de 1957 en el seno de una familia con sólidas bases católicas,  “con nosotros vivía un tío de mi mamá que era del campo,  que fue con el que yo compartia la habitación y lo veía rezar a la noche,  esas cosas de niños que te quedan muy grabadas, mis padres se propusieron que tengamos una formación cristiana”, cuenta con cierto dejo de nostalgia, relatando luego que su escuela primaria fue en el Colegio San José  y luego se fue a vivir a Buenos Aires donde terminó el secundario e ingresó a un grupo de jóvenes misioneros, con quienes durante un lapso de tiempo considerable misionaron en una zona marginal de monte de la provincia de Santiago del Estero,  llamada Aluampa  que pertenece a la Parroquia de Tintina, donde también  daban catequesis.

“La misión es el origen de mi vocación, yo creo que los que hemos sido llamados a la vida sacerdotal o la vida religiosa en el caso de las mujeres, en nuestros orígenes el llamado suele estar muy magnificado lleno de sueños, de metas elevadísimas y eso es bueno, pero yo siempre sostengo que mi verdadera vocación nació en el seminario,  yo soñaba muchas cosas que después la realidad te lleva a decir  mi Africa es ésta, lo que Dios me pide es ésto, uno va concretando la vocación, incluso me dediqué a la pastoral docente algo que nunca lo pensé”.

Después de la misión, el sacerdocio

Su historia formal dentro de la iglesia se selló primero el 31 de marzo de 1989 como Diácono junto al Padre Horacio Mogni y el 1º de diciembre del mismo año ya como sacerdote en la Parroquia San José de Gualeguaychú.

“Yo siempre estuve en la provincia de Entre Ríos, desde 1989 a 1993 en la Parroquia María Auxiliadora de Concepción del Uruguay, desde 1993 al 1996 en la Parroquia Nuestra Señora de Aránzazu acá en Victoria, desde 1996 al 2000 en Gualeguaychú ,  desde el 2000 al 2005 en España, luego del 2005 al 2007 en Gualeguaychú  y  desde el 2007 al 2014 en la Parroquia Sagrado Corazón de Urdinarrain,  donde me desempeñé  como vicario parroquial,  pero ya en el 2014 me enfermé”,  situación que lo hizo afincarse actualemente en las siete colinas.

Su espíritu misionero en  los claustros  españoles

“Me fui el 7 de agosto del 2000 y volvi el 8 de diciembre del 2004, estuve cuatro años y dos meses, me interesó España porque yo daba clases de Teología Moral en el  Seminario, desde que me ordené  empecé con lecturas de bioética,  estudié  en la Universidad Pontificia de Comillas que es de los sacerdotes jesuitas,  está a veinte minutos de Madrid,  ahí estudie teología moral y praxis de la vida cristiana,  también curse el master en bioética, yo agradezco la formación que tuve que fue extraordinaria”, enfatizó.

Su enfermedad, un camino que lo trajo a las siete colinas

Su diagnóstico es “Pie Diabético”,   el cual comenzó manifestándose con fuertes dolores que le impedían caminar en enero del 2014 y que lo llevaron a un peregrinar de cirugías.

  • ¿Cuáles fueron las causas de su enfermedad?
  • Por cuestiones de tabaquismo me afecto más lo vascular y por cuestiones de diabetes me afecto más lo neuropático, es decir la diabetes come la mielina que recubren los nervios en este caso de los dedos de los pies y son dolores intensos, pero tanto diabetes y tabaco afectan a nivel vascular y neuropático, pero los dos hicieron un combo que provocaron que mis piernas comenzaran a resentirse, a tal punto que yo caminaba tres metros y tenía que parar, entonces me hice los primeros estudios en Gualeguaychú, me hacen una primer cirugía, angioplastia la que no dio resultado y me hacen una segunda un by pass, después fue necesario poner cuatro stent en la pierna derecha y después fue necesario poner otro stent mas en la parte superior del by pass porque se estaba tapando la parte superior del by pass en total son cinco stent.

La silla de ruedas, su caso en veinte mil

Arias explica calificadamente lo que  lo llevó  a su situación actual,    “estando en  Buenos Aires  siempre tratando de calmar sus dolores, le estaban por hacer dos practicas,  radiofrecuencia  y una fijación de bloqueos de nervios,  donde  se trabajan  los nervios parasimpáticos, que corren paralelos a la médula,  estaban haciendo esta práctica y algo  tocò  la médula y se formaron las isquemias en mi caso quede tetrapléjico, la otra teoría es  que nada toco la medula y al trabajar con los nervios parasimpáicos muy cerca de la medula hay una arteria que se llama medular,  la cual cuando se trabaja muy cerca de la medula esta arteria se enoja y si por tres minutos no se lleva sangre a la medula, se forman las isquemias, es decir o bien ingresó algo a la médula o bien la arteria se cerró”.

Victoria, su refugio mejor pensando

Según cuenta , junto a  Monseñor  Lozano pensaron   en el rancho del Padre Elías para que viniese provisoriamente hasta decidir algo más, además de descifrar sus actividades,   “ahora me inserto en lo que es la pastoral,  celebro misas en las capillas, he estado en el Quinto Cuartel,  en Cristo Obreto, ya agendamos aquellas cosas que puedo hacer y también he podido reiniciar las clases  en el Seminario de Gualeguayhú,  de  Teología Moral Fundamental social y de la persona, viajo cada quince días, probablemente retome en el Instituto San Benito, he trabajado en los postítulos orientadores en educación sexual que tiene el Instituto San Benito”

Destacando, “si bien estoy totalmente agradecido a la gente de aquí del rancho espero irme a una parroquia,  es lo que yo deseo de corazón y prestar el ministerio sacerdotal en las tareas de una parroquia y toda la tarea pastoral”

Cuando se refiere a Victoria no escatima en halagos, “la idiosincrasia del pueblo de Victoria con algunos matices sigue igual,  en su vida cotidiana hay una cultura específicamente victoriense, esto propio que tiene  mi me encanta,  además la gente no ha cambiado en eso de la amistad, de la cercanía la vida de relación”.

“No dejo de admirarme de ver una colina, de ver la colina de la virgen y ver la laguna esto es lo propio de acá, pero mas allá de lo geográfico lo que es la cultura de la gente yo me encuentro con personas que conocí entre 1993 y 1996,  esa gente es la misma gente,  todos hemos envejecido pero siempre con la misma cercanía”.

En este momento en el rancho del Padre Elías convive junto a tres personas, obviamente el Padre, Lalo y Pelé, confluídos en una excelente convivencia según recalca.

“Para mi estar en el rancho de Elías, es  compartir la vida con gente  con la que me siento muy cómodo,  yo al Padre Elías lo conocí por fama y convivir es otra cosa, es algo mejor de lo que te puedan contar”.

El Padre Fernando Arias, más conocido como Pololo dijo para finalizar, “ esta persona con estas miserias y con estas riquezas se sintió llamado por Dios,  esta persona Fernando Esteban Arias es feliz siendo cura, mi vida sacerdotal nunca sufrió fisuras incluso en las crisis más profundas”.




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