Uno de los grandes sueños de los argentinos es comprar un automóvil cero kilómetro, que muchas veces incluso se ubica por encima de la vivienda propia, pero este sueño muchas veces se ve truncado a la hora de afrontar los gastos. Por eso, una de las formas de poder acceder a ellos (por no decir la única), para aquellos sectores económicos de menores recursos es a través de los planes de ahorro.
Dentro de las ventajas que poseen los planes de ahorro, la más destacable es que no tiene tasa de interés, ya que no es un crédito sino una inversión que hace un ahorrista; y por lo tanto, no tiene que ver con ninguna entidad bancaria. Las entregas pueden ser por sorteo (entre los miembros del mismo grupo) o por licitación, mediante ofertas al mejor postor. Las cuotas son sensiblemente más bajas que cualquier otro sistema, pero como dice Serrat “Nunca es triste la verdad, lo que no tiene es remedio”…, y no todo es tan sencillo, y cuando la economía familiar no da para tener un 0 km, no hay plan que logre modificar la realidad. De allí que se hayan producido tantas presentaciones en la oficina de Defensa al Consumidor de Victoria, por lo que amerita analizar algunas circunstancias antes de dejarse llevar por los locuaces vendedores, que con gran sofismo nos convencen del “gran negocio” que estamos por hacer.
En los últimos años los victorienses periódicamente recibimos visita de empresas golondrinas, en su mayoría de Santa Fe y Córdoba, que arriban con sombrilla y mesa a Plaza San Martín y a través de los medios de comunicación ofrecen las virtudes de sus respectivos planes. En este punto nos detenemos para aclarar que las empresas denunciadas, en ninguno de los casos eran irregulares o realizaban alguna acción ilegal, en todo caso la publicidad podría definirse como “engañosa” en el peor de los casos. El principal problema no es la empresa, sino la credulidad de aquel que cree que pagando dos cuotas de 84 le entregarán un vehículo inmediatamente, o del otro que cree que cuando quiera irse del plan le van a devolver el dinero, ¿Dónde estaría el negocio para la empresa entonces?. Para Sergio Firpo, a cargo de la oficina de Defensa al Consumidor, el principal problema es que la gente no lee la letra chica de lo que firma y se deja llevar por el entusiasmo, “Lo que debe hacer es pedir una copia de lo que le quieren hacer firmar, llevárselo a la casa y tomarse todo el tiempo que necesite para leerlo y comprender todo, y si aún está de acuerdo, luego vaya y cierre el trato”. También es necesario aclarar que no todos los planes son iguales y existen muchas variantes que intentan adaptarse a las necesidades del consumidor.
Lo sabía?
Veamos entonces que situaciones se han denunciado en la oficina local relacionada a planes de ahorro y a planes de ahorro y capitalización:
Caso 1. Un joven entregó alrededor de 7 mil pesos (cinco cuotas) a una empresa de capitalización y ahorro porque “entendió” que con ese aporte le entregaban un vehículo o km., y luego pagaba cuotas fijas hasta completar las 84. Lo que no le dijeron es que efectivamente le entregaban el auto, previo “pagar el 50 % del valor del vehículo”, lo que para el vehículo que pretendía sumaba aproximadamente 80 mil pesos, más gastos”.
Caso 2. Una mujer contrató un plan de ahorro reconocido, pero cuando salió sorteada desconocía que le prendaban el auto y le exigían una garantía solidaria, hasta que terminara de pagar el plan.
Caso 3. Una mujer terminó de pagar un plan de capitalización y ahorro local por un automóvil 0km, pero al finalizar el plan se enteró que no le entregaban el auto, sino el dinero o “recupero”. Sobre un vehículo de entonces 100 mil pesos, el “recupero” que le correspondía fue…..40 mil pesos. Una curiosidad: a pesar de no entregarle el auto le exigían que se sacara una foto como si le entregaban el vehículo.
Caso 4. El plan ofrecía que si salía sorteado le entregaban el auto y no pagaba más. La sorpresa fue que cuando terminó el plan “y no salió sorteado”, no le entregaban el auto, porque el vehículo se entregaba “solo a los que salían sorteado”
Caso 5. Una joven mujer queda sin trabajo y no puede seguir pagando el plan. Para esta situación la empresa no ofrecía alternativa, solo vender el plan a otro interesado. Tras haber pagado más de 16 mil pesos, termino ofreciéndolo por 5 mil pesos, y tampoco encontró interesados.
Caso 6. Un hombre pagó tres cuotas del plan y luego se arrepintió y decidió no pagar más, pero a pesar de no haber realizado ningún reclamo, la empresa lo intimó a pagar una diferencia ya que no se habían logrado cubrir aún los gastos administrativos.
“En las solicitudes de adhesión siempre figura una planilla donde figura el documento”, explica Firpo quien informó algunos de los procedimientos que se iniciaron desde la dependencia: “En un caso de un plan de capitalización y ahorro la señora recibió el dinero que le ofrecían y terminó el conflicto, en otro caso de planes de ahorro se presentaron audiencias y se llegó a un acuerdo conciliatorio y se remitió expediente a Paraná”. Lamentablemente cuando se plasma la firma en algo se da por sentado que se leyó lo que firmó, por eso es importante leer todo antes de firmar, y en caso de dudas, pedirle al vendedor una copia para leer tranquilos en casa o consultar a un especialista.
No es la intención de esta nota hacer una comparación de las ventajas y desventajas de los planes de ahorro y de los de capitalización y ahorro, donde seguramente en internet encontrarán abundante información en internet, sino invitar a reflexionar sobre cómo actuamos ante los incentivos de consumo que se nos presentan, en este caso los autos 0 km, pero lo podríamos aplicar a casi cualquier cosa. Apelar al sentido común, que siempre es buen consejero y pensar antes de estampar la firma. Recurrir a lugares serios, o donde nos sea fácil llegar para reclamar si fuese necesario. (La nota completa en la última edición de La Semana)
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