Entrevista a Raúl Barboza en su paso por Victoria

Entrevista a Raúl Barbosa realizada por Joaquín Padularrosa
– Cómo fue su experiencia en el país del Norte?
– La semana pasada estuve en Canadá en el Festival Mundial de la Acordeón. Me encontré con muchos amigos de larga data y hemos compartido con varios tocando música de cada país. Músicos de Moldavia, Ucrania, Lituania, Francia, España, Italia, Escocia, y yo era el único sudamericano. Fui en compañía de una músico franco-polonés, nos reunimos simplemente porque somos dos acordeonistas de distintos hemisferios, y un compañero brasileño que es percusionista con el que constituimos un trio. Primero tocamos como solistas, y luego intentamos tocar la música del otro.
– Y cómo suela el chamamé en manos de un europeo?
– No voy a ser una crítica de la ejecución de una música sudamericana en manos de un instrumentista que tiene una mentalidad europea, porque cuando yo toco una música francesa no me dicen nada a mí. Igualmente siempre lo hago con la compañía de un colega de Francia. Trato de hacer más amplio el espacio en el que se toque chamamé. He tocado en España con un músico búlgaro que es un maestro de acordeón a piano (Peter Rachet), que cuando escuchó que estaba ensayando un rasguido doble dijo conocer un ritmo similar en Bulgaria, y efectivamente tocó algo parecido. Esa música, llamada algo así como “baile de los espíritu”. Luego le escribí en un pentagrama la línea melódica, con el cifrado armónico en la parte de arriba, y como es un músico de jazz, comprendió y sin casi ensayar subimos a tocar juntos en un festival de la acordeón de los Pirinéos, cerca de Barcelona.
– Y qué dicen en el exterior del chamamé?
– Nunca encontré a un músico o público que intente que le explique que música hago. Yo no explico nada, yo voy a tocar. Cada uno hace su música. Su pregunta tal vez surge porque el chamamé ha sido cuestionado en la Argentina, pero en otro país es una música más que no se conoce. Si la música es bella por si misma, y si esta interpretada con respeto, como es mi caso, simplemente se toca y la gente aplauden. La gente ama la música porque es bella y es música, simplemente es un idioma que se expresa sin palabras y va directamente al espíritu.
– Usted siente que alguna vez lo cuestionaron por hacer chamamé?
– Antes me decían (ahora no) “esto no es chamamé”, “parece jazz” o hasta tango. Nunca discuto con nadie, pero ha habido reparos. Estuve en China , Paris, Portugal, Canadá, EEUU, toqué con Peter Gabriel, pero yo no hago música de jazz, sino que los mismos músicos de jazz me llaman porque me dicen: “La música que usted toca es jazz”, y yo les digo que no, “pero usted es un músico de jazz, no porque toque nuestra música, sino por la forma, el tratamiento, los matices, los cambios de acordes” y por eso me invitan a tocar en sus festivales. Nuestra música puede abarcar otros sabores que pueden interesar al gusto de otras etnias u otros países.
– Encontró en recorrida por el mundo alguna música similar al chamamé?
– Encontré ritmos similares. Hace 15 años atrás estaba tocando y se me acerca un guitarrista y me dijo que estaba tocando música de su región, toma la guitarra y me acompaña como un guitarrista chamamecero, y terminamos improvisando un rasguido doble . Otra vez en Paris escuché una música que se parecía a un chamamé, que era interpretada por un grupo de la India. Luego investigué y supe que ese país que había sido conquistado por los Portugueses, que dejaron allí su música, muy similar a la que se toca en el sur de Brasil. He tocado chamamé que es un ritmo del 6 por 8 con músicos árabes, o con percusionistas del Africa negra y no he tenido problemas. Nos parece extraño si no salimos mucho del país, pero para los que viajan por el mundo no tiene nada de extraño encontrar ritmos similares.
– Alguna vez le escuché decir “yo soy chamamé”, a qué se refería?

– “Yo soy chamamé”, como un hombre porteño puede decir, “yo soy tango”. Dije esto por algo que mi mamá me contaba. Me decía que cuando vivían en la Boca con mi papá, tuvieron un hijo que se llamó Adolfo que falleció a los pocos meses de haber nacido, y cuando mamá quedó embarazada de mi me puso Mario Raúl, porque era muy devota de la virgen María, como queriéndome proteger de una situación similar a la que vivió mi hermano. Ella contaba que cuando papá recibía a sus amigos que eran paraguayos o correntinos, cuando sonaba un arpa, una guitarra o acordeón, yo me movía en su vientre de una manera impresionante, que la obligaba a salir de la habitación porque le hacía mal. Yo imaginé que más allá del trabajo de los sabios, que intentan saber si estando dentro del vientre de nuestra madre somos capaces de oír, de sentir el dolor, pienso que sí, porque somos parte de eses ser femenino que nos esta haciendo crecer dentro de su nido. Cómo no se voy a sentir si he sido concebido en el vientre de mi madre con la sangre mestiza guaraní de mi padre. Por qué toco Chamamé? Porque es mi idioma original. Por qué estoy estudiando guaraní en Francia?. Porque aquí casi no hay escuelas en la Argentina. Por qué digo que se me prohibió hablar mi idioma? Porque se le prohibió hablar el guaraní en las escuelas …De la puerta hacia afuera todo lo que quieras y adentro el castellano y nada más. También se prohibió la música, yo lo viví, en las bailantes, cuando había dos pistas, en el de adelante se tocaba tango y jazz y en el fondo chamamé, como escondido. Pero cuando uno tiene amor por su etnia, o respeta el vientre que lo cobijó, que nos dio de comer o nos llevó al colegio, como no tener amor por esta música?…Que lindo que nuestra música sigue estando en vigencia, a pesar las dificultades que tiene para ser difundida.
(La nota completa en La Semana)




RESUMEN DEPORTIVO

LEAVE A REPLY

Please enter your comment!
Please enter your name here