Facilitarán la compra de dólares a jóvenes católicos que viajen a Brasil a ver al Papa

La llegada de Bergoglio a Brasil llevó a que el Gobierno facilite la compra de dólares para jóvenes que vayan a viajar.
La llegada de Jorge Bergoglio a Brasil -y descartado ya que pise suelo argentino en su primera salida del Vaticano desde que asumió- llevó a que el Gobierno Nacional facilite la compra de dólares para jóvenes cristianos que vayan a viajar.
La decisión tiene como principal motivo la de evitar peleas innecesarias con la Iglesia.
El Gobierno se ocupó de disponer una ayuda especial para los grupos de jóvenes que, organizados por la Iglesia argentina, participarán de la Jornada Mundial de la Juventud, motivo del viaje papal. En las últimas horas, por ejemplo, prosperó una gestión del nuncio (embajador) Emil Paul Tscherrig ante el titular de la AFIP, Ricardo Echegaray, para facilitar la compra de divisas de los viajeros.
En los cálculos eclesiásticos se especula que por lo menos 10.000 jóvenes se trasladarán en masa en julio hacia Brasil y merced a esa gestión podrán acceder sin cepos a la compra de las divisas necesarias para el viaje.
También desde otras estructuras del Gobierno se facilitó la extensión del CUIL para esos jóvenes para cumplir con un requisito que se pide ahora para este tipo de viaje.
Del lado del Gobierno también se le prestará ayuda a un grupo de jóvenes que se identifican con la autodenominada agrupación La Cámpora, que se están organizando también para estar en la Jornada de la Juventud con carteles de adhesión al papa argentino. Esta fracción del kirchnerismo no había manifestado hasta ahora ninguna profesión de fe, pero según decía Juan Perón, entre sus seguidores los había activos pero también contemplativos. De este último padrón se alimenta esta inquietud neocamporista por participar de una movida que busca dominar la oposición criolla, que intentará pegar las consignas bergoglistas a las propias en la campaña electoral, que ya estará en marcha cuando Bergoglio pise Brasil.
El Papa no se ha desdicho de lo que firmó cuando integraba el Episcopado en el documento crítico de las reformas que el Gobierno impulsa en la Justicia. De eso no se han olvidado ni la oposición ni el oficialismo.
Ayer el Vaticano dio a conocer la agenda del viaje, que será más extenso de lo que se creía porque será de siete días, que incluye una visita a una favela y encuentros con jóvenes detenidos y también con grupos en recuperación de su adicción a las drogas.
Es una manera de darle a este viaje el mismo sello de su arzobispado “villero” en Buenos Aires que adelantó, ya siendo Papa, en los rituales de la última Pascua, cuando lavó los pies de jóvenes detenidos.
Francisco visitará las ciudades de Aparecida, sede del mayor santuario mariano de mundo, y Río de Janeiro, durante su estadía en Brasil entre el 22 y el 28 de julio. La agenda incluye, además de los actos centrales de la Jornada Mundial de la Juventud y de otros protocolarios, actividades que el propio Papa solicitó para poder encontrar a los pobres y a quienes necesitan atención especial, explicó el arzobispo de Río de Janeiro, Orani Tempesta.
Cuando asumió el papado, fue noticia la posibilidad de que incluyese una etapa argentina en este primer viaje. Eso se descartó para no coincidir con la campaña electoral para las legislativas de octubre. En la última reunión con Cristina de Kirchner, el titular del Episcopado, José María Arancedo, le adelantó que el viaje de Francisco se postergará para principios de 2014.




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