Laura Mittelman …..el regreso a casa

En estos últimos treinta y cuatro años su vida transcurrió sobre un avión, viajó, conoció lugares, muchos por placer y otros por responsabilidad, ya que su vida laboral estaba asentada en la gerencia de una Agencia de Turismo en la provincia de Buenos Aires;  por lo que sus visitas a Victoria se circunscribían exclusivamente a ver a su familia,  pero el intempestivo deceso de quien fuera su único hermano, hizo virar su vida hacia el lugar del que se fue, para continuar el linaje que la vio nacer en el seno de una empresa familiar,  que ya forma parte del “patrimonio” histórico de las siete colinas.

LA SEMANA se acercó hasta el local de Tienda Plaza Moreno, en la intersección de las esquinas Italia y España y habló, con quien desde hace menos de un mes está a cargo del casi centenario comercio, Laura Mittelman.

“Éste es  uno de los negocios que más ha perdurado en el tiempo, en la ciudad y después de haber pasado lo que pasó,  yo no dudé un instante en volver  porque tiene una historia,  una tradición  y yo quiero que la tienda siga”, dijo demostrando una entereza que la ayuda a manejarse dentro de un presente ciertamente adverso y de cambios, pero firme en sus convicciones.

Tienda Plaza Moreno, un sentimiento victoriense

La tienda abrió sus puertas un 7 de febrero de 1925, de la mano de Moisés Mittelman, por lo que en unos días más cumplirá 92 años de vida en el mercado mercantil victoriense, toda una trayectoria.

“La empezó mi abuelo paterno Moisés, siguieron papá y Coco, después papá falleció en diciembre de 2003,  hace ya trece años, por lo que mi hermano Diego y Coco la siguieron manejando, continuando luego Diego sólo  y  ahora yo;  en sus comienzos el local estuvo enfrente a la placita Moreno,  hasta que se mudaron a España y Piaggio, para luego mudarse a este local de Italia y España”.

Adolfo y Coco, una marca registrada

Muchas generaciones de Victoria fueron vívidos testigos de la presencia de estos dos hermanos al frente de la tienda.

¿Quién no recuerda a Adolfo siempre atento a la necesidad del cliente y llamando  ante un requerimiento a Modesto, (por Modesto Zabala)  o  a Hilda (por Hilda de Rossi)?, o hablando con Margot Chuglar, por alguna que otra cuenta corriente,  referentes indiscutibles de la época gloriosa del local…..Laura al respecto es tajante,  “la tienda es mi papá,  no hay mucha vuelta que darle,  yo en algo soy un poco parecida, era su vida, la tienda era todo para él”, sentenció.

¿Quién no recuerda a Coco sentado al costado de la caja y hablando con la gente? Y muchas veces acompañado de sus hijos Gustavo, Leonardo y Daniel, junto a Elsa, su esposa.

Laura y la tienda “que la volvió al pago”

Su infancia transcurrió a través de una “cómplice” puerta, que hacía las veces de pasadizo secreto que la transportaba a la tienda cuando estaba cerrada, ya que en su casa por aquel entonces, había una puerta interna que la comunicaba al local, permitiéndole a ella dar rienda suelta a sus fantasías infantiles, miraba y jugaba a ser vendedora, comentó entusiasta.

Ya finalizado el secundario estudió Turismo en Buenos Aires, lugar donde se quedó por más de tres décadas,  su desarrollo profesional alcanzó la gerencia de una Agencia de Turismo, actividad además que le permitió recorrer el mundo entero…..fascinante experiencia de vida, si las hay.

Laura y Diego, los hijos de Adolfo y Perla

Si hay algo que caracterizó a Diego Mittelman, fue su inteligencia sagáz, siempre se supo de ella; pero el último 21 de diciembre se despidió del ruedo, su memoria se recuerda con respeto.

Laura sin el más mínimo titubeo, supo desde su corazón que su retorno a Victoria era inminente, “no dudé, a partir de ese día decidí regresar , yo quiero que la tienda siga, éramos dos hermanos y  no había alternativa,  no lo dudé ni un segundo repito”, a lo que agregó  “yo tenía pensado quedarme unos años más en Buenos Aires y en algún momento volver a Victoria,  pero la vida decidió que fuese ahora”.

Y respecto del nombre que falta en este cuadro, Perla Utin su madre, Laura dijo que si bien nunca trabajó en la firma local, siempre acompañó desde su lugar de madre y esposa.

La tienda y el futuro promisorio

Uno de los objetivos de esta empresaria comercial local es recuperar al público femenino, ya que se sabe de la preeminencia en ropa masculina que ofrecen al mercado,  “la idea es también en un futuro cercano aggiornarnos en todo lo que es ropa de mujer, darle una vuelta de tuerca,  modernizarnos un poco en eso y ajustarnos a los tiempos que corren”.

Destacando en su relato que al ser ésta una tienda tradicional, piensa traer cosas nuevas, distintas y recuperar a quienes migraron hacia otros lugares de compras.

– A partir de tomar las riendas de todo, ¿cómo encontraste la tienda en general?

– La tienda está bien,  obviamente que uno se encuentra con cosas que no conoce porque no era mi trabajo habitual, pero tengo gente que me ayuda, que colabora y hace todo lo que yo no sé hacer,  tengo gente en la que confío.  Si bien me crié en el negocio para mi es una actividad ajena,

– Tu padre fue uno de los propulsores que insistía con la apertura del puente Victoria- Rosario, ¿considerás que amilanó a la tienda el hecho de facilitar la llegada a una ciudad grande?

– El puente, comercialmente no la afectó, al principio la gente iba como un boom miraba, pero vos pensá que acá se trabaja con cuentas corrientes y la gente sabe que lo que compra acá, si llegase a tener un problema al otro día tenés a alguien que te lo va a solucionar, es decir muchas facilidades que una ciudad grande no te las da. Claramente Victoria ha cambiado mucho, desde que yo me fui cambió mucho,  la conexión con Rosario la ha modificado y creo que uno tiene que estar en constante crecimiento.

-¿En cuanto a la relación con el cliente y las compras, pensás en algún cambio de modalidad, por ejemplo en las cuentas corrientes?

– La cuentas corrientes van a permanecer como siempre, hay muchísimas y van a continuar de la misma manera, porque aparte es algo que ha caracterizado a la tienda de toda la vida.

Mirar al futuro y un mensaje para los victorienses

Laura al referirse a su presente no pensado en las siete colinas, recalcó, “es un cambio enorme pero no miro para atrás, yo volví hice un cambio de chip automático y no miro para atrás, sino para adelante,  planes tengo muchos, imagínate que hace dos semanas  estoy acá,  es un periodo de organización que me llevará su tiempo”

Para despedirse Laura quiso dejar un mensaje para la ciudad que la vio nacer, irse y ahora retornar, “a la gente de Victoria quiero agradecer el apoyo que le dio toda la vida a la tienda y decirles que nosotros seguimos acá y los esperamos como siempre”.




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