Según Juan Astorga Anta, el artista ingenuo se caracteriza no porque plasma las cosas en el momento de verlas, sino porque imagina la forma que les proporciona su memoria o su conocimiento previo de ellas.
Así lo concibe su curador, Carlos Di Pasquo, quien entiende que como arte ingenuo se ha denominado a expresiones producidas por artistas, generalmente autodidactas y provenientes de medios no metropolitanos sino, suburbanos o rurales, pero que, por sobre todas las cosas, ponen de manifiesto en su forma de expresión procedimientos nada ortodoxos en relación con las técnicas que suelen impartirse en las escuelas de arte.
Las formas de producción y las técnicas empleadas son dos factores que caracterizan también a estas obras que se apartan de la tradición culta.
Mujeraje puede ser considerada como “arte ingenuo” pero por sobre todas las cosas, es un canto a lo femenino y un himno a la imaginación sin reglas académicas ni convencionalismos.
Por último, para Di Pasquo, Elizabeth Vita desnuda el mundo de la mujer y desborda y conmueve al espectador con imágenes salidas de su memoria, de su pasado, sin referencias directas a los datos de la realidad sino con la firme intención de sacudir con la expresión y el color. Sin lugar a dudas, la mujer es el centro, su problemática el tema. Sola o acompañada pero siempre como único centro, como único eje, como único personaje. Adorada, amada, idolatrada o cascoteada ella es, en todo su esplendor.
El Centro Cultural del Sur se encuentra en Av Caseros 1750, Barracas, Ciudad de Buenos Aires, y la muestra estará abierta al público hasta el 31 de marzo.
La artista
Elizabeth Vita nació en la Ciudad de Buenos Aires, el 29 de julio de 1974, pero su infancia y adolescencia trancurrieron en Gualeguay, Entre Ríos, lugar del que es oriunda toda su familia.
Se licenció en Psicología, en la Universidad de Buenos Aires y a partir de allí inició su formación como psicoanalista, oficio que hoy ejerce de manera privada en su consultorio y también en el Centro Educativo Isauro Arancibia.
Sus primeras experiencias artísticas surgieron de manera autodidacta, esas experiencias se fueron enriqueciendo a partir de su aprendizaje, fuera de todo entorno formal, a través de artistas plásticos provenientes de diversas disciplinas: el escenógrafo e Iluminador Fernando Díaz, el restaurador y muralista Joao Salvador de Lima, el artista plástico e ilustrador Lisandro Ziperovich y la artista plástica e ilustradora María Chevallier.
Sus obras están compuestas por técnicas mixtas que van desde el collage al acrílico y la tinta china, así como también la intervención de objetos y realización de esculturas en papel.
La muestra “Siendo otra cada vez” se expuso individualmente en “Pedro Claver” (La Plata), La esquina del Arte” (C.A.B.A.) y el “Museo Quiróz” (Gualeguay, Entre Rios).
Participó en muestras colectivas en diferentes Centros Culturales de la Ciudad Autónoma de Bs As como “Vuela el Pez”, “Centro Cultural Matienzo” y “La Manzana de las Luces”.
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