VIDAS EN VICTORIA, hoy Graciela Paleari, madre del Vice Intendente, habló de su vida y de mucho más

Graciela nació un 18 de noviembre en la provincia de Buenos Aires, época del año en que la primavera está en su apogeo, luego el destino quiso que en su infancia se afincase aquí la ciudad de las rejas, de donde nunca más se fue y donde echó raíces profundas e inamovibles.

Su guardapolvo blanco de infante recorrió los pasillos de la Escuela Nº 2 Guillermo Brown y ya en su adolescencia el Colegio del Huerto y luego la Escuela Normal la vieron crecer.

Ya de grande y siendo madre obtuvo su título docente como Profesora de Castellano, Literatura e Historia en el Profesorado de la misma escuela donde vivió sus juveniles años.

Cuando Graciela habla repite con asiduidad esta frase, “lo que empecé de adolescente lo terminé de grande, ya casada”….seguramente ahí en esas palabras se sientan las bases de su historia;  momento de su vida que se entrelaza con aquel 1959 en que arribó a las siete colinas y de donde nunca más pudo irse.

“yo sé lo que es extrañar hija no quiero verte sufrir volvé”

Su intento por estudiar en la universidad porteña se vio frustrado por una incontrolable nostalgia de Victoria y sus más caros afectos; situación que la hizo tomar una drástica decisión.

“Yo me fui a Buenos Aires a estudiar Psicopedagogía, pero extrañé muchísimo,  lloraba mucho y me vine,  no alcancé a hacer un año y me volví; cuando me vió mamá con todo de vuelta me dijo, como hiciste eso y yo le respondí papá me dio permiso porque no podía verme más sufrir y yo no quiero sufrir más”.

Con ese panorama y de regreso en casa, comenzó a trabajar,  los memoriosos la recuerdan en la Fábrica de Muñecas Rayito de Sol y luego por mucho tiempo en lo de su tío Coco Firpo en Comercial Entre Ríos, que en su época supo ser de gran esplendor, ya que fueron los tiempos de los albores de la electrificación rural.

Su matrimonio y la familia conformada, su gran trofeo

Casada desde los 24 años con el empresario agropecuario Alberto Risso y con quien se puso de novia a sus 14 años, resume con un sesgo risueño aquella etapa de noviazgo.

“A  los 14 años me puse de novia y con él me casé, en verdad toda una vida, 10 años cuatro meses y veinte días de novios y luego el matrimonio, nos casamos en 1978, tuvimos cinco hijos Maria Magdalena, Mateo Beltrán, José Alcides,  Andres Alberto y Agustina;  de quienes tenemos ocho nietos, cuatro varones y cuatro mujeres”.

Los renglones anteriores explican el porqué de su frase de cabecera “lo que empecé de adolescente lo terminé de grande, casada”.

Pero la vida igualmente le dio la posibilidad de proyectarse a través de la docencia, haciendo escala fundamentalmente en prestigiosas instituciones de la ciudad, como lo son la Sociedad Italiana, con su Escuela Dante Alighieri y el Colegio de la Mesopotamia.

Escuela Dante Alighieri

“Yo estoy en la Escuela Dante Alighieri porque ahí me inicié,  empecé a los 13 años ahí aprendí el italiano, si bien la integro desde 1998 cuando ocupé dos períodos como Presidenta, actualmente formo parte de la comisión”, para cerrar diciendo que “la Dante” es su segundo hogar.

Graciela mencionó con mucho respeto  a la recordada Aída Bazzocchi, quien fue símbolo de la enseñanza del idioma italiano aquí en la ciudad,  ya que con ella se inició en este idioma.

 

“Yo al Colegio de la Mesopotamia lo palpito”

El actual Colegio de la Mesopotamia tuvo su raigambre educativa en el llamado Master, el cual en un momento iba a cerrar sus puertas, por lo que un grupo de padres se aunaron para continuarlo, sobre todo por el prestigio académico del que gozaba, indicó Graciela y formaron una asociación civil sin fines de lucro, mudando el edificio al actual de calle Irygoyen.

“Muchos papás trabajaron, así que entre todos pusieron lo que sabían con todo su amor y sacaron adelante el colegio y una de mis hijas era parte de esos padres, quienes  me pidieron si yo no quería ser la rectora, lo cual acepté con profundo sentido de colaboración, cargo que ocupé desde 2012 hasta mediados de 2015, conmigo nació el secundario ahí y este año tienen su primer promoción”.

En su relato hizo hincapié en varios nombres que a su criterio realzan la institución “del Mesopotamia”, como Sandra Morán, Directora de Nivel Inicial y de primario, “es una chica excepcional que se puso la camiseta del colegio, ahí con ella se tiene un valor grande”.

Como así también quiso destacar a Nancy Pancera,  Valeria y Mariela Otegui ,  Tati Danielli,  Maria del Carmen Jacob,  María Raquel Morán,  María Eugenia Viera de Alasino,  entre otras.

Su hijo….el Vice Intendente

– ¿Cómo tomaste el ingreso a la política de Alcides?

– Felíz porque a mi me encanta la política,  yo participé lo sigo haciendo y acompañé cuando formaron el Partido vecinal, en verdad disfruté del ahínco con que lo hacían y los seguiré apoyando.

 – ¿Qué le sucedió como madre ante lo sucedido con Alcides?

–  Me sentí muy mal anímicamente pero con la ayuda de mi familia, amigos y la de mi hijo el mismo Alcides lo he sobrellevado;  ya que  lo veo muy bien y tranquilo,  tiene una gran paz y eso lo transmite,  entonces verlo así me tranquiliza a mí.

–  Se la vió en todas las últimas sesiones del Concejo Deliberante donde el Vice Intendente fue parte.

–  Yo estuve en todas las sesiones porque no quería dejar solo a mi hijo cuando lo apedreaban o lo apaleaban,  no sé como decirlo y dije tenemos que acompañarlo en esta también,  ya que se acompaña en las buenas y en las malas.

– ¿Qué resultado espera de lo que dictaminará próximamente el Superior Tribunal de Justicia?

– La justicia ya dirá.

– ¿Le queda algún resentimiento con alguien?

– No, yo perdoné desde el primer día, además pienso en todo lo que estuvo mal y fue doliente, pero prefiero no hablarlo,  no guardo ningún rencor y lo dejo porque ya está pero no guardo ningún rencor a nadie,  es como que siento que asumo la consigna de que existe lo malo y lo bueno lo correcto e incorrecto, fueron cosas tristes y malas que son parte de la vida,   acá en la tierra es un valle de lágrimas,  el que crea que la tierra es un paraíso es un iluso, la vida es un desafio constante, vos te levantas a la mañana y no sabes lo que te espera .

Aparte soy cristiana y eso lo tengo muy arraigado y si el cristiano no perdona, es porque en verdad no lo es.

– ¿Seguirá participando en política?

– Por supuesto, mas que nunca quiero seguir participando, la adversidad me incentivó y para mí el partido vecinal es un referente un ideal de lo que es y tiene que ser la política, la política la ejecutan y la hacen los hombres,  pero no quiere decir que la política sea sucia.

– ¿Qué expresa su marido de la situación?

–  No habla una palabra no expresa una opinión pero es su forma de ser, acompaña desde el silencio.

–  ¿Quiere decir algo a los victorienses a través de este semanario respecto de su hijo?

– Sí, como mamá digo que estoy muy orgullosa de mi hijo José Alcides,  porque se proyecta como una persona humilde y con la verdad y me parece que todos los políticos tienen que aspirar a eso, a ser humildes  y entender que la política es vocación de servicio.

Al finalizar el diálogo con LA SEMANA, Graciela dejó en claro que esta exposición mediática tan grande por la que ha pasado su hijo Alcides, la cual si bien por pura lógica también reconoció al seno familiar, no hizo mella en el mismo, sino mas bien fue de gran aprendizaje.

 “Mis hijos me preguntan ¿vos mamá sos felíz?,  pero les aclaro que no quiere decir que cuando me ven tristes yo lo esté,  porque la felicidad es un estado intimo interno del alma, la tristeza no te quita esta felicidad, la tristeza pasa, la vida es hermosa”.




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