Desde adolescente, don Linares se interesó por la música y la cultura gauchesca de los trabajadores rurales que abundaban en su ciudad natal. Tomó como nombre artístico el de un trabajador rural, capataz del campo de su tío Manuel, a quien admiraba por sus conocimientos.
Influenciado por Atahualpa Yupanqui buscó conocer, recopilar y difundir la música folklórica de su región, prácticamente no investigada hasta ese momento. En esa tarea se destacó por la preservación del folklore entrerriano, en especial de la chamarrita.
También compuso canciones de raíz folklórica como “Canción de cuna costera”, “Peoncito de estancia”, “Coplas felicianeras”, “Como los pájaros”, “La biznaguita”, “La cambuiré”, “Islerito”, “Canción de la ocarina dormida”, “El alzao”, “Cururú tajamarero”, “Chacarera de río seco”, “La consigna del Supremo”, “Silbidos de un entrerriano”, “Costeando el tajamar”, “Chamarrita del Chupín”, “Chamarrita de la encierra”, “Soy entrerriano”, etc.
En 1975 Los Hermanos Cuestas lanzaron su álbum “Canto a Entre Ríos – Los Hermanos Cuestas”, interpretando el repertorio de Linares Cardozo, junto a la Orquesta Sinfónica de Entre Ríos, el Coro de la Asociación Verdiana e invitados especiales. El éxito del disco hizo famoso a Linares Cardozo, tanto en su país como internacionalmente, y es considerado un hito en la historia del folklore provincial, que le dio a Entre Ríos un carácter singular e identificatorio en el mapa del foklore argentino.
Falleció en 1996 y fue enterrado -según su voluntad- en el cementerio de La Paz, al lado de un timbó con vista al río Paraná.
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