La ciudad de Victoria brindó un sentido, aunque discreto, homenaje al General Martín Miguel de Güemes en un acto que, debido a las bajas temperaturas y condiciones climáticas adversas, vio reducida su convocatoria. Pero, ¿quién fue este líder al que se rindió tributo en la mañana del 17 de junio?
La profesora Susana Sobrero nos invita a reflexionar sobre la magnitud histórica de Güemes y su decisiva influencia en la formación de la nación argentina. Según destaca, Martín Miguel de Güemes fue un caudillo de trascendental importancia en el proceso de independencia del país. Nacido en Salta, en el seno de una de las familias más tradicionales de esa provincia, abrazó con pasión la causa emancipadora y lideró a los gauchos salteños —conocidos como “los Infernales” por el distintivo color rojo de sus uniformes— en la defensa de las ideas de libertad y en el resguardo de la frontera norte ante los continuos avances de las tropas españolas provenientes del Virreinato del Perú, uno de los principales bastiones del poder colonial.
Para Sobrero, el accionar de Güemes y sus gauchos resultó determinante para frenar el avance realista en la región del Alto Perú (actual territorio boliviano) y sostener el proyecto independentista. Su figura se comprende cabalmente en el contexto posterior a 1816, cuando el poder central de Buenos Aires comenzó a declinar y surgió con fuerza el liderazgo de los caudillos provinciales, quienes, junto a sus tropas populares, defendieron tanto las autonomías locales como el ideal de libertad. Güemes es así comparado con otros líderes contemporáneos como Francisco Ramírez en Entre Ríos, Estanislao López en Santa Fe y Facundo Quiroga en el interior, todos ellos defensores de las autonomías provinciales frente al centralismo porteño.
Además de gobernador de Salta, Güemes se convirtió en un baluarte de la resistencia frente a los realistas, articulando sus esfuerzos con los de José de San Martín, cuyo Ejército de los Andes selló la independencia de Chile y Perú, debilitando definitivamente el poder español en el continente.
La historiadora concluye que la gesta de Güemes y de los caudillos de su tiempo permitió entretejer un proceso histórico que fue mucho más que la declaración de independencia de 1816: se trató de la construcción de una nación que habría de consolidarse sobre la base del respeto al poder local y al protagonismo de las provincias.
El acto realizado este 17 de junio en Victoria, pese a la escasa concurrencia, ofreció a la comunidad la posibilidad de recordar y valorar el legado de un caudillo que, desde Salta, no solo defendió su tierra, sino que contribuyó de manera decisiva a la independencia y a la conformación de la Argentina como nación soberana.
Susana Sobrero – Profesora de Historia

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