Nos estamos por quedar sin agua en Victoria: la hidrovía pone en peligro nuestras vidas

Con al firma de la Cooperativa de pescadores “Frutos del río”, la Asociación civil “Solidaridad, Unión y Producción” reproducimos la nota enviada a nuestro medio:

Somos los pescadores/as artesanales, isleños/as, vecinos/as y agricultores familiares de Victoria, y estamos al borde de una crisis que puede dejarnos sin agua. El modelo de hidrovía que sigue dragando cada vez más profundo el río Paraná está poniendo en riesgo no solo nuestro trabajo y nuestra alimentación, sino también el acceso al agua potable para toda la ciudad. La situación es urgente, y las autoridades locales no parecen comprender la magnitud del problema que enfrentamos.

Cuando el Río Paraná se encuentra saludable, la entrada de agua no suele ser problema. Pero en momentos de bajante, hay sólo tres bocas que alimentan el humedal de Victoria. Las mismas están entre Puerto San Martín Y Diamante son la Boca de la Azotea, la Boca del Bobo y las Cuatro Bocas. Estas entradas son esenciales para mantener el flujo de agua dulce hacia el humedal y garantizar su vitalidad y por ende la vida y el bienestar de las comunidades. Sin embargo, hoy sólo dos de estas bocas, la Boca de la Azotea y las Cuatro Bocas, están recibiendo algo de agua, y esa cantidad es cada vez más reducida. Pero la Boca al Bobo prácticamente se ha secado.

La Boca de la Azotea, una de las pocas vías activas, está en riesgo de colapsar completamente. Esta entrada es clave porque conecta el río Paraná con el humedal, pero debido a la falta de mantenimiento cada vez entra menos agua. Si no se toman medidas urgentes para dragar esta boca y las restantes, nuestro humedal, que depende de este sistema hídrico, terminará desecado.

El modelo actual de la hidrovía, que prioriza el transporte exportador sobre la salud del ecosistema, está afectando profundamente al humedal y a nuestras vidas. Se nos ha dicho que el río Paraná necesita estar crecido para poder dragarse las bocas que alimentan el humedal, pero esa afirmación es sólo pensando el dragado con un interés comercial, y para barcos de ultramar que poco tienen que ver con nuestro bienestar y actividades Expertos en dragado nos aseguran que es posible trabajar en el dragado a baja escala de las bocas incluso con un nivel bajo de agua. Utilizando dragas pequeñas y eficientes que pueden limpiar las vías de acceso, es posible avanzar con los estudios necesarios ambientales y a su vez garantizar la entrada de agua a la zona de Victoria. Esta misma tecnología se ha implementado en otras provincias, pero aquí en Victoria, las autoridades siguen presentando excusas mientras el problema se agrava.

Si la Boca de la Azotea se cierra completamente, el agua dejará de ingresar al humedal, y nos quedaremos sin una fuente de agua dulce. El ecosistema sufrirá aún más, con una mayor mortandad de peces y el aumento de los riesgos de contaminación del agua. El suministro de agua potable para los más de 60.000 habitantes de Victoria también está en juego. Sin una intervención inmediata, el humedal terminará secándose y el agua disponible será cada vez más escasa y de peor calidad. El humedal no solo es nuestro sustento. Es el ecosistema que sostiene a una ciudad de más de 60.000 personas. Si no entra más agua, el impacto será devastador: la mortandad de peces seguirá aumentando, afectando a la pesca artesanal, los fríos extremos y las altas temperaturas seguirán agravando el problema, y, en poco tiempo, el agua potable empezará a escasear.

No es una exageración decir que estamos a un paso de quedarnos sin agua en Victoria

Llevamos años denunciando la falta de gestión en el mantenimiento de los arroyos y riachos que alimentan al humedal, y ahora el problema se ha agudizado con el dragado profundo del Paraná, en servicio de los barcos de ultramar. Este modelo de hidrovía, pensado para favorecer el tránsito comercial, está destruyendo todo lo que toca. Los incendios recurrentes, la reducción drástica de agua en las entradas al humedal, y la falta de políticas para mitigar el impacto del cambio climático son una combinación explosiva que ya está afectando nuestra vida cotidiana.

Si no se actúa ahora, el panorama será irreversible. En un contexto de crisis climática que cada vez va a empeorar los eventos extremos alrededor de nuestras cuencas, necesitamos una gestión con interés social y colectivo. Necesitamos que se draguen las bocas de entrada al humedal de inmediato, que han sido tapados por el dragado de la Vía Navegable Troncal, para garantizar que el agua siga fluyendo. Es imperativo que las autoridades de Victoria y de la provincia asuman su responsabilidad y gestionen este recurso vital para todos. No podemos esperar más, porque el tiempo se nos está agotando.

La población isleña sufre y tiene este problema a lo largo del territorio. A su vez, el sector de la pesca artesanal, la agricultura familiar y la apicultura, que son las bases de nuestra

economía local, ya están al borde del colapso. Y lo peor es que no se está haciendo nada. Necesitamos una gestión urgente para proteger el agua, el bien común más preciado, y con ello, asegurar el futuro de nuestras comunidades y de nuestras familias.




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