La tarde de Victoria se llenó de “dulce o truco”

En la última década cada 31 de octubre las calles de Victoria se empiezan a poblar de brujas, payasos terroríficos, vampiros, fantasmas, y algún que otro disfraz que quedó del corso infantil,  y que se aprovecha para que los chicos tengan una actividad creativa y recolecten algunas golosinas. Ayer una buena cantidad de niños se congregaron en plaza San Martín, donde se sacaron fotos y comenzaron la recorrida por las calles en busca de que los vecinos victorienses aporten con caramelos, chupetines, o algo dulce.

El Halloween o “noche de brujas” es una popular celebración en Estados Unidos pero su impacto ha sido tal que muchas culturas más allá del mundo anglosajón la han adoptado. Por ahora en estas tierras suelen dividir las aguas, entre los que ven una simple maniobra comercial y extranjerizante, y los que entienden esto como una oportunidad para compartir con sus hijos y divertirse.

Algo de historia

El origen de Halloween se remonta a un antiguo festival pagano celebrado por los celtas hace 2.000 años llamado Samhain. El festival, que tenía lugar en el Reino Unido, Irlanda y el noroeste de Francia, se celebraba el 1 de noviembre para conmemorar el inicio del invierno y el fin de la cosecha. Los celtas creían que Samhain era una época en la que las almas de los muertos regresaban al mundo de los vivos para visitar sus hogares.

La tradición del dulce o truco comenzó en áreas del Reino Unido e Irlanda. La gente iba de casa en casa haciendo “souling” —pidiendo panes pequeños llamados “pasteles del alma”— a cambio de una oración.




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