El intendente, Domingo Maiocco, acompañado por la viceintendente, Ana Schuth, hizo el descubrimiento de placa y homenaje por los 40 años del fallecimiento de Mario Ernesto Brassesco, quien fue intendente de la ciudad en dos ocasiones. El encuentro, que contó con la presencia de familiares y allegados, fue en La Casa del Deporte, ya que, en su momento, fue Brassesco quien la compró.
“Algo muy destacable de Mario (Brassesco) fueron sus convicciones democráticas. También, tenía una visión importante para el desarrollo de la ciudad. De lo que hizo podemos recordar: el Camping Municipal, que hoy lleva su nombre; que inició los estudios para el desarrollo del ingenio azucarero; que realizó la modernización del Matadero Municipal; que hizo la compra de un moderno parque automotor; y que realizó gran cantidad de obras viales, entre otras”, señaló Maiocco.
A su vez, la viceintendente expresó: “Es un orgullo poder compartir este momento. Mi padre siempre me decía que Mario fue una persona buena, generosa y a disposición del pueblo. Considero que su mejor legado ha sido haber dejado su recuerdo en todos los barrios. Trabajó mucho para el crecimiento de la ciudad”.
Por su parte, Mario, uno de los hijos del exintendente, dijo: “Como bien dijo nuestro querido intendente, destaco las obras que nuestro padre pudo hacer. Estoy muy contento y agradezco muchísimo a las autoridades municipales por este homenaje. Algo muy importante para mi padre fue el deporte y la juventud. El deporte une a los pueblos”.
En la placa descubierta se menciona que Brassesco fue un hombre visionario por el crecimiento de nuestra ciudad. Asimismo, se especifica que fue presidente municipal en dos gestiones: 1958 y 1973.






Sobre Mario Ernesto Brassesco
Como ciudadano ejemplar lo define el historiador Juan H. “Lito” Stiechr en estas líneas. Había sido uno de los iniciadores del club Libertad de nuestra ciudad. Futbolista y dirigente. Comerciante modesto tanto en la ciudad como en la campaña victoriense. Sobresalió en la tarea pública que concretó en obras.
En 1958 alcanzó la dignidad de presidente municipal de Victoria, durante la presidencia de Arturo Frondizi y la gobernación de Raúl Uranga, con los cuales compartió su posicionamiento político partidario. Su afán de progreso quedó realizado en la compra de un moderno parque automotor: tractores, motoniveladoras, palas de arrastre, camiones, acoplados, entre otras maquinarias. Su gestión mejoró el alumbrado público y las obras sanitarias, la limpieza de las calles y la recolección de residuos. Asimismo, modernizó el Matadero Municipal optimizando las instalaciones y las cámaras frigoríficas. Inició los estudios para el desarrollo del futuro ingenio azucarero que se concretaría recién, muchos años después, en los gobiernos de la vuelta de la democracia iniciada en 1983.
Destituido de su cargo por el Concejo Deliberante, debido a fracturas en su mismo partido, terminó su mandato gracias a la intervención del gobernador Uranga en 1962. Pasaría una década de gobiernos democráticos y de factos hasta que, en 1973, durante una nueva instancia de elecciones, obtuvo un amplio respaldo electoral en las urnas que lo constituyeron nuevamente en Intendente de Victoria.
Este fue el momento más destacado de su carrera política. En su segundo periodo cimentó casi un centenar de cuadras de calles asfaltadas en los barrios, construyó el Camping Municipal, que hoy lleva su nombre, compró la actual Casa del Deporte, edificio de singular belleza arquitectónica. Finalmente, su desempeño quedó detenido por el Golpe Cívico Militar de 1976, por lo que volvió a la vida cotidiana de comerciante de chacinados.
Sorpresivamente, falleció a los 56 años, el 26 de Octubre de 1982.
FUENTE. STIECHR, Juan H., Recuerdos: Aquellos tiempos inolvidables de 1940 a 1980, Victoria, Los Gráficos, 2010, pp. 79 y 80.
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