El río Paraná entró en una nueva fase de la bajante histórica que arrastra desde 2019 y cuyo panorama próximo no es alentador para los próximos meses, en base a los pronósticos climáticos que auguran la continuidad de la falta de lluvias durante el resto del verano. Desde el Instituto Nacional del Agua (INA) ratificaron que el estío seguirá prolongándose y anticiparon algunos efectos que pueden esperarse en lo venidero.
El ingeniero Juan Carlos Bertoni, presidente del Instituto Nacional del Agua, en declaraciones a La Radio de UNO, consideró: “estamos ante una bajante absolutamente extraordinaria que hace muchos años no se veía, producto fundamentalmente de la gran sequía que azota a toda la cuenca del río Paraná”.
El funcionario explicó que fenómenos como el que se ve en estos días “no quedan en un solo año, sino que muchas veces abarcan varios años. Este es el caso: ha comenzado a fines de 2019, continuó en 2020, fue más severo en 2021 y todo indica, lamentablemente, que el panorama es desfavorable, al no tener una tendencia de recuperación de niveles a corto plazo”.
El río volvió a marcar una tendencia a la baja en los últimos días, que se espera se agrave a lo largo de enero y probablemente de febrero. Este martes marcó 40 centímetros debajo del cero a la altura de la capital entrerriana.
El titular del INA afirmó: “estamos transitando el período en que debería ser el período de lluvias que permitan revertir esta tendencia. Lamentablemente los pronósticos climáticos indican que en la primera quincena de enero no se esperan lluvias considerables en la alta cuenca del Paraná”.
Riesgos
Bertoni aludió a los efectos que pueden esperarse si continúa o se profundiza la bajante del río Paraná: mencionó que entraría en riesgo “el abastecimiento del agua potable” a localidades ribereñas y precisó que, por el momento, las más afectadas son las de la provincia de Misiones, pero que “se han producido algunos problemas a lo largo de todo el río Paraná con el abastecimiento”.
También señaló que “el otro tema también es la navegación, que no tiene el calado suficiente” y sumó la generación hidroeléctrica de las represas. “Son los tres impactos más visibles”, remarcó el funcionario nacional.
Fuente: UNO
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