Tai Chi en Victoria “el espiral saludable”

En el abuso de los aprovechamiento de los privados de los espacios públicos, la caminata por la costanera, hace tiempo dejo de ser un espacio de esparcimiento tranquilo, y no son pocas las veces que uno se siente un objeto que pasa por un túnel de ranning.  Entre gritos y sobre exigencias ajenas, complementan el panorama motociclistas arriesgando su vida estúpidamente, despertando lo peor de nosotros, reprimiendo el deseo de que se caigan. Conectados a sus celulares algunos corren y otros caminan con la mirada dura. A un lado una procesión insoportable de autos llenan el tiempo de los que les sobra. Al otro lado, del rio…nos quedó muy poco. Apenas unas casas de ricos en el horizonte. Cuando todo parece perdido, en la plazoleta Gaspar Benavento, frente al Club de Pescadores, tres personas parecen relajadas realizando movimientos suaves. Son los vestigios de paz que renuevan la esperanza de lo que alguna vez, fue un paseo digno.

El encuentro con el Tai

Son practicantes de Tai Chi Chuan, una disciplina conocida por sus múltiples beneficios para la salud, y que ha ayudado a muchas personas con discapacidades, o que no pueden realizar ejercicios más intensos, lo mismo que aquellos que lo buscan para reducir el estrés. El instructor es Sebastián Esteban Uhrig. En 2000 regresó a Victoria para dedicarse de lleno a lo que es su mansa pasión, el Tai Chi. Según cuenta a La Semana, su búsqueda comenzó en 1993, cuando tras haberse recibido de Técnico Químico en la Escuela Técnica de Victoria, viajó a Buenos Aires en busca de interiorizarse del arte marcial. Allí una práctica en la plaza lo llevó a una capacitación con un maestro taiwanes, promovido por la embajada de ese país, y comenzaría un caminar por este sendero sin fin que es el Tai Chi. O mejor, este “espiral saludable” como le gusta describir a Uhrig lo que hace.

El espiral saludable

“El cuerpo no es tonto. Sabe que es lo que le conviene, lo que sucede es que a veces no le queda más remedio que hacernos caso, y lo llevamos a límites que no se merece. Sin embargo, si somos higiénicos en nuestros movimientos, comenzamos a ir hacia un destino saludable, y el cuerpo nos pide más actividad, ya no nos atraen los alimentos que son difíciles de digerir,  y comenzamos a mejorar en todos los aspectos. En sentido inverso, el sedentarismo nos lleva en otra dirección, y comienzan los problemas”. Aldo, entiende mejor que nadie las palabras de Sebastián, y así como imita sus movimientos en el parque, se deja guiar en el sentido adecuado. “ A mí me cambió la vida. Comencé con poco interés, mientas buscaba alguna actividad para bajar de peso, y si bien me costó las primeras semanas, me fue ganando de a poco, logré bajar más de 30 kilos, y mejoré en todos los aspectos, no solo físicos”.

Entre el arte marcial y el yoga

No deja de ser un arte marcial, aunque en algunos aspectos parece más cercano al yoga. Pero para los que tienen una idea más estandarizada de las artes marciales, tal vez debiera probar primero con el Kung Fu, ya que las connotaciones marciales del Tai, recién se pueden ver luego de por lo menos 10 años de práctica. “Mientras tanto es una coordinación de movimientos, donde el cuerpo se va flexibilizando, tonificando, con muchas propiedad preventivas. Se ordena los órganos, da flexibilidad, y equilibrio, y fortalece los huesos”, explica el instructor, con una aclaración: “Siempre con constancia y práctica, si no, no sirve”.

Todos lo pueden hacer, pero no es para todos

El temperamento es importante. La suavidad de los movimientos, lo hace ideal para las personas mayores, pero suele ser poco atractivo para los jóvenes, y desmotivador para los que buscan trofeos. Aquí, nadie se gana un cinturón, ni se cuelga una medalla, ni le gana a nadie, y no importa el look. “Hay una forma de 64 combinaciones, donde uno va aprendiendo y ascendiendo, pero solo para uno”, dice el entrenador.  “El que llega aquí, es porque algo está sufriendo”, percibe Sebastián . “Esto es algo interno, donde se relacionan la respiración con el movimiento, y el movimiento con la intención. No es solamente físico o muscular, es de conciencia. Todo se arma a través del físico que es lo que tenemos para trabajar. “

Donde practicarlo

Desde hace cuatro años, los domingos a las 10:00 se creó un espacio en la zona costanera, primero con apoyo municipal, y luego sostenido solo por Uhrig, en el que se puede ver y sumarse a practicar del Tai en forma gratuita. Allí pueden vivir una primera experiencia, y si quieren dar un paso más, pueden encontrar a Sebastián en  el gimnasio “Estudio Vida”, en Congreso y Ángel Balbi, donde enseña desde el 2008.

Humildad, Respeto, Rectitud, Confianza, Lealtad, Anhelos, Resistencia, Perseverancia, Paciencia, Coraje…Son algunas de las palabras postas en el espiral saludable en que nos transporta el Tai Chi Chuan. Una invitación que no nos obliga a nada, y que tiene las puertas abiertas a todos para un desarrollo personal.

Sebastián Uhrig “al principio puede ser algo frustrante porque no podés imitar los movimientos. Se requiere paciencia, perseverancia, atención, y que el ejercicio te desafíe. Como todo, si lo hacés bien, con frecuencia, a lo largo del tiempo se ven los logros.

En las artes marciales de China, el tai chi chuan se cuenta entre las artes marciales internas (chin. Neijia), relacionándose con los principios del Taoísmo. Como fundador legendario de las artes marciales internas y por tanto también del tai chi chuan suele considerarse al monje taoísta e inmortal Zhang Sanfeng, que según se afirma vivió entre los siglos X y XIV. Sin embargo su existencia histórica no ha sido comprobada. Según la leyenda descubrió los principios de las artes marciales internas en los montes Wudang, después de haber observado la lucha entre una serpiente y una grulla blanca.

La ciencia histórica no conoce documentos de la época en que por primera vez se fijó por escrito la leyenda de Zhang Sanfeng, en los que se sugiera una relación entre Zhang Sanfeng y las artes marciales o que lleguen a mencionarlo como inventor de un arte marcial particular. Algunos de los textos de los llamados „clásicos“ del tai chi chuan llevan nombres de autores que sugieren la existencia de tal relación. Sin embargo no se ha establecido con seguridad cuándo fueron escritos esos textos y si acaso los nombres de los supuestos autores no fueron agregados con posterioridad. Eso pudo haberse hecho, por un lado, para darle un mayor peso a los textos, y por otra parte para cumplir con la virtud confuciana de la modestia, o bien simplemente solo para subrayar la relación con los montes Wudang.10​11​ Muy ocasionalmente hay adeptos del tai chi chuan que citan raíces aún más antiguas, que según se afirma se remontarían a la dinastía Liang (502–557). 12​

Aunque se trata de una afirmación históricamente cuestionada, los monjes taoístas y representantes de las artes marciales contemporáneas en los montes Wudang sostienen que las artes marciales internas (y con ellas también el tai chi chuan) se han conservado, desarrollado y hecho tradición desde los tiempos de Zhang Sanfeng en los monasterios taoístas de los montes Wudang. Se agrega que hasta hace poco rara vez habrían sido transmitidos a extraños. Así, en el siglo XVII, el monje viajero del Wudang, Wang Zongyue (en chino: 王宗岳), habría enseñado su arte marcial en la aldea de Chenjiagou después de que se lo hubieran solicitado, produciéndose así la fundación del estilo Chen (ver más abajo).

El estilo de tai chi chuan que se practica en los montes Wudang como parte de las artes marciales internas y que en el intertanto se enseña a un público más amplio, se diferencia notablemente de los demás estilos y a veces se denomina estilo wudang del tai chi chuan, que no debe confundirse con el Wudang Tai Chi Chuan, desarrollado a mediados del siglo XX por Cheng Tin-hung en Hong Kong.

(Fuente: Wikipedia)




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