La situación tomó estado público en la mañana de hoy cuando Sandra Buchardo, Profesora de Literatura del Nivel Superior de la Escuela Normal, decidió acudir a los medios para hacer viable una denuncia, la cual previamente había efectivizado en una carta pública.
“Como docente de la institución, ante la no respuesta de la rectora a los reiterados y diversos reclamos orales y escritos que hemos realizado durante mucho tiempo un grupo importante de docentes del nivel superior, al no cobrar horas por proyecto, es que llevo a cabo esta denuncia pública. En mi caso, el no pago de la hora por proyecto data del mes de abril de este año, en otros, van más de tres años. Las seguimos dictando y nos hacemos cargo de nuestras obligaciones correspondientes, sin recibir paga alguna”, señaló la docente.
“A esto –agregó– se suman las horas de reubicación por cambio de diseño, que no cobramos por un año y medio porque la escuela argumentaba que en el Consejo no habilitaban las plazas. La mentira concluyó cuando me presenté al CGE y me aclararon que ´no nos habían cargado porque la escuela no habla cumplimentado el trámite administrativo correspondiente´”.
Buchardo debió acudir entonces a los servicios de un abogado Doctor Carlos Pacher para que, por carta documento, intimara a la escuela: en dos días tuvo la solución.
“En este punto, tengo que aclarar por qué tuve que acudir a un abogado privado, y es que en este triste trayecto, en el que cumplimenté todas las instancias administrativas desde la institución, no fui escuchada al igual que mis compañeros docentes: notas sin respuesta, respuestas incompletas, demoras en la elevación de los trámites y no resolución del problema. Desde lo gremial, Agmer Seccional Victoria, le requirió un listado a la rectora de todos los docentes que no aparecíamos cargados, para mediar y viabilizar el tramite a través de los representantes gremiales del nivel superior y del secretario general de la Provincia. El largo listado fue entregado por la rectora sin argumentar por qué no nos resolvían la situación. Se elevó a Agmer Central y no se obtuvo respuesta alguna, a pesar de la insistencia de los representantes de Agmer local. Al mismo tiempo, desde la Seccional, se requirió la intervención de la abogada gremial. La misma, para tal fin, me solicitó una carta poder y un expediente, que me costó mucho conseguir porque la institución me lo negaba. Logré obtenerlo diciéndole a la rectora que si no lo hacía iba a acudir a los medios. Lamentablemente, la abogada gremial no asumió su compromiso contraído y mi trámite quedó extinto”, señaló.
Y agrega: “Como una burla, el viernes me convocaron desde la institución para que me notificara de un trámite de mi interés emplazándome que lo hiciera en el término de 48 horas. Tuve la fallida expectativa de que me iban a informar de que por fin nos iban a pagar las horas por Proyecto a todos. Pero esto no fue así. Me notificaban, tardíamente, del pago de las horas de reubicación, que ya había resuelto un mes atrás por la intervención del abogado”.