Hablar de ella en pasado parece una quimera, ya que hasta hace pocos meses atrás, mientras caian las hojas del otoño Ana María festejaba sus 65 años; pero ya por esos días una adversidad le jugaba una mala pasada, avisorando un desenlace que tomó por sorpresa a los victorienses, ya que su nombre era sinónimo de solidaridad, simpatía y gracia.
A horas de celebrarse el Día de la Madre, LT39 NOTICIAS se acercó hasta el estudio de su hijo, el conocido letrado, pero también dedicado a la dramaturgia Andrés Pato Bruselario; primogénito de Ana y del también extinto Andrés Gregorio Bruselario, “Pato” para todos; completando el cuadro familiar Leticia.
“Una mamá signada por la fe”
“Mamá le ponía mucha dedicación al dictado de las clases de catequesis todos los sábados en la Capilla San Miguel Arcángel de Antelo, todos los fines de semana íbamos con mi hija Alma, mi madre y yo de chofer”, comentó nostalgioso Andrés.
“Sobre todo fue una mujer de mucha fe y así lo confirmaron los cuatro sacerdotes que la despidieron el día de su partida, el Padre Elías, Padre Reynaldo, Padre Pololo (Fernando Arias) y Padre Emanuel”, quienes destacaron en el responso su profunda convicción religiosa.
Recalcando en el caso del Padre Reynaldo Tentor, ya que éste fue el maestro de catequesis de Ana y sus amigas en su adolescencia en las siete colinas.
Ana María, “una huertana de ley”
Su infancia y adolescencia transcurrieron de la mano de las hermanas del Colegio del Huerto y su sapienza del idioma inglés la adquirió en la época en que la prestigiosa Cultural Inglesa funcionaba en calle Mitre, a metros de Casa Colman y era dirigida por los recordados Chiquito Allende y Rubén Balbi.
“Ella trabajaba en el Instituto Kennedy, dando clases de inglés, hasta que entre 1983, 1984 ganó un concurso de preceptora y a partir de ahí estuvo en la Escuela Normal hasta que se jubiló, algo más de dos décadas ahí”, recordó.
- Tu madre fue edil de la ciudad ¿qué recordás de aquella época? ¿Cómo lo vivió ella?
- Ella fue concejal entre 1999 y 2003 por la Unión Cívica Radical; ella tenia una fuerte vocación social, recuerdo que los primeros meses mantuvo su trabajo, pero luego tuvo que pedir licencia sin goce de sueldo y así poder hacer bien su tarea en la gestión.
- Visitaba barrios, se preocupaba mucho la gente y tenemos muchas anécdotas de aquella etapa.
- ¿Qué te dejó desde su ser materno?
Su presencia, fue una madre muy presente, toda la dedicación que tuvo conmigo y con mi hermana Leticia y con mi hija, con quien era una fiesta ir todos los sábados a Antelo. Mi madre fue una mujer de mucha fe, muy sencilla, muy afectuosa y solidaria.
Si uno cierra los ojos y recuerda a Ana, enseguida viene a la memoria su sonrisa y esa voz grave con fuerte presencia, que hacían su sello personal y que este día de la madre acompañarán desde la inmensidad a Pato y a Leticia, pero abrazará para guiar en su camino de vida a su “alma” gemela..Almita, dueña y heredera del legado Ana María Regner.