Fue un lunes distinto para la pujante ciudad de Gualeguaychú, ya que más de setecientos catequistas de la Diócesis colmaron sus calles.
Se congregaron agrupaciones provenientes desde Victoria, Gualeguay, Rosario del Tala, Ibicuy, Paranacito, Maciá, San Justo, Concepción del Uruguay, Urdinarrain, Larroque, más los integrantes de las diferentes parroquias de los dueños de casa que actuaron como anfitriones, en una gran concurrencia cercana a las 700 personas.
La disertación central estuvo a cargo de Gloria Ladislao, Profesora y Licenciada en Teología con especialidad en Teología Bíblica, con el tema: “Las Primeras Comunidades”, que sirvió de base para un trabajo grupal de los catequistas.
LA SEMANA MUJER se acercó hasta la casa parroquial Nuestra Señora de Aránzazu para hablar con quien tiene a cargo la Coordinación de Catequistas Aránzazu, Agustina Sánchez , quien además participó en este evento religioso junto a otras 21 catequistas de su parroquia, más 17 de la Parroquia San Roque.
Bajo el ala de Parroquia Aránzazu se encuentran las Capillas María Auxiliadora, Cristo Obrero, Perpétuo Socorro, Hospital; como también el Colegio Nuestra Señora del Huerto y el Instituto John Fitzgerald Kenedy.
– ¿Cuándo comenzaste a dar clases de catequesis?
– Hace diez años que doy catequesis y el llamado se presentó a través de otras personas, porque el está en el corazón de todos.
– ¿Cuál es tu función como coordinadora?
– Fundamentalmente la de unir, transmitir, aunar las voluntades que trabajamos. Nos reunimos , intercambiamos ideas, organizamos actividades en común y si hay problemáticas ver cómo resolvemos todo con las otras capillas.
– ¿Cómo fue la experiencia de este encuentro diocesano de magnitud de importancia con tantos catequistas?
– Excelente, para que te des cuenta de la magnitud, hubo casi setecientas catequistas, tanto hombres como mujeres, porque hay muchos varones que dan catequesis, este año el lema fue “Catequista eres comunidad, vive en comunidad” y se trabajó sobre eso, haciendo caso al pedido papa de estar unidos como comunidad y salir a vivir en comunidad.
Para finalizar destaco que su misión catequística la gratifica enormemente y que día a día su encuentro con Jesús se engrandece, el cual proyecta desde sus clases catequísticas en el salón parroquial de Aránzazu.