Vidas en Victoria, hoy Don Enzo Torrigiani

Su mirada social inquieta y su mano siempre tendida para un saludo sincero y sentido, fue el sello que lo definió;  estas palabras hablan de quien protagoniza hoy esta sección Vidas en Victoria,  un hombre de bien que partió definitivamente el último día del año que nos precedió….hace unas horas nada más,  por eso bien vale recorrer algo de su vida a modo de homenaje,  acompañando la concesión que el universo le hizo….”morir en Victoria”,  hoy Don Enzo Torrigiani.

Este semanario se acercó hasta el estudio de su hija, la abogada Verónica Torrigiani y así compartir en esta hoja, una historia de vida de raigambre victoriense y con un vasto recorrido en el litoral argentino.

Enzo decía a sus hijos, “mi legado para ustedes será mi nombre”…..y a decir verdad no se equivocó…..

“Mi papá siempre decía que el legado que él nos iba a dejar no eran bienes, sino su nombre, su honorabilidad, que él iba a trascender por su hombría de bien, que plata no iba a hacer,  pero que sí nos dejaría un nombre,  un apellido”,  relatò Verónica emocionada, agregando que ella fue una gran compañera de salidas con su padre, ya que pareciera que siempre los unió un  mismo espíritu,  sociable y andariego.

Enzo, su vida, su andar

Nació el 12 de diciembre de 1935, se recibió de perito mercantil en la Escuela de Comercio, fue excelente alumno,  se destacó por sobre los demás, siendo abanderado en  los dos últimos años del secundario y elegido como mejor compañero, cualidad esta última, que lo acompañaría por el resto de su vida.

Trabajó en lo del recordado “Haydar”, por lo que supo hablar árabe; con 18 años ingresó a trabajar al Banco de Italia, luego de pasar por la disyuntiva, entre un puesto bancario u otro en la DGI, decidiéndose por el primero.

“Él eligió entrar al banco en un puesto bajísimo, hizo carrera pasó a ser Sub Tesorero, después Sub Contador y después Gerente, siendo en ese momento el más joven de toda la planta del Banco de Italia en todo el país,  con 36 años hizo una carrera hermosa,  porque fue Gerente,  después Gerente Regional del banco”;  destacando en su relato que el trabajo que su padre llevó a cabo hizo que viviesen en diferentes lugares como Corrientes capital,  Resistencia, Chaco y otros.

Después de años de trabajo y viviendo en una Argentina convulsionada, Don Enzo se encontró con una realidad que avizoraba grandes cambios, ya que su banco, el que lo vio nacer era comprado por la Banca Nazionale del Laboro,  “ en la época de crisis del gobierno de Alfonsín iba a caer uno de  dos bancos,  el Italia o el Galicia,  se salvò el Galicia y cayò el  Italia,  que lo comprò la Banca del Laboro, por lo que a mi papá lo mandaron castigado a la ciudad de Victoria para cerrarle la sucursal, porque quedaban muy pocos gerentes de la época del Italia y entonces le dijeron,  usted que es de Victoria, va a volver a Victoria; después le cerraron la sucursal del Italia”.

Corrientes…..¿su otra Victoria?

“Después del cierre de la sucursal mi papá,  gracias a Dios,  habrá estado quince días sin trabajo y lo buscaron de tres bancos diferentes, el optó por irse nuevamente a Corrientes a inaugurar la sucursal del Banco Río,  ya  antes había inaugurado también allá la del Banco Italia, así que volvimos a Corrientes,  si bien yo continué mis estudios en Santa Fe,  mi hermano se fue a estudiar medicina allá y vivió con ellos, ahí en corrientes quedó cuatro años como gerente y cuando lo iban a trasladar a Santa Fe se privatizó el Banco de la provincia,  pasando  a ser Banco Corrientes S.A.,  los que privatizaron el banco le ofrecieron la gerencia comercial por su capacidad  y si bien en un principio no le gustó la idea, luego  aceptó”, relató su hija.

Zully, su compañera de vida

Según el dicho popular “detrás de todo gran hombre, hay una gran mujer” y este caso no es la excepción, según parece, ya que Rosa Zulma Bruno o Zully, como le gustaba a ella que le dijesen, increíble cocinera y repostera, además de docente, acompañó a Enzo durante 53 años, amándolo y cubriendo esos espacios que él no podía asistir en la crianza de Verónica y Enzo hijo.

El regreso a casa

Durante cuarenta años dedicó su vida a entidades bancarias, en el año 2000 recién  pudo acceder a la jubilación, a raíz de decisiones gubernamentales de la época, al poco tiempo su esposa también, por lo que en familia se decidió retornar a las siete colinas,  situación que materializaron en enero del 2007.

Ya instalados en Victoria, Don Enzo volvió al ruedo con su sagacidad y capacidad de interrelacionarse en grupos, comisiones y entidades varias, siempre desde un costado de responsabilidad y entrega total; asi fue como integró la Comisión de la Edad de Plata y algunas instituciones que merecen un capítulo aparte, Sociedad Italiana y Parroquia Aránzazu.

Sociedad Italiana de Socorros Mutuos

Fue dos veces presidente de esta prestigiosa institución, ingresó de la mano de Chito Márquez, uno de sus grandes amigos; “trabajó denodadamente,  su vida era la Sociedad Italiana, mi mamá le decía vos vas a dejar la vida ahí, le pedía por favor que pare,  él se encargaba de todo,  era el alma del cuadro,  se puso al hombro todo, para que hoy día la Sociedad Italiana esté como está, junto a una comisión que lo acompaño”, contó.

Parroquia Nuestra Señora de Aránzazu, restauración del templo

Junto a Teresita Robledo, Luis Andrade, Beatríz Jaime de Frutos y el Padre Héctor Trachitte, comenzaron a trabajar para la restauración del templo parroquial; ocupando él la tesorería de la Comisión de Restauración y preservación del Templo Parroquial y en la que trabajó hasta sus últimos días de vida.

Una anécdota que lo “pinta de cuerpo entero”

Verónica relató con orgullo y nostalgia una anécdota que sucedió cuando vivían en la provincia correntina y que no hizo más que siguiésemos deleitándonos con este hombre de pura cepa entrerriana, digno y honesto hasta sus entrañas.

“En Corrientes en una época, cuando vivíamos allá el banco empezó a tener problemas, había caído  el gobierno de Tato Romero Feris, estábamos intervenidos por Mestre, de La Rúa había caído,  todo era  caos y recuerdo que estaban por echar a todo el mundo del banco y a la única persona que no sacaron fue a mi papá.  Un día me encuentro en Tribunales de allá con un conocido abogado correntino,  el Doctor Quito Galeana, quien era uno de los abogados interventores del banco y  me dijo,  si hay una persona a la que no van a echar es a tu viejo, entonces yo le pregunté porqué, a lo que me contestó, “yo les dije si el tesoro del banco quedara abierto es Enzo Torrigiani quien lo va a custodiar y no va a tocar un peso”.

El legado de un padre y abuelo

“Como padre nos dejó un legado y como abuelo les enseñó el amor a la vida, la lucha incansable´y la honestidad por sobre todas las cosas,  porque mis padres me enseñaron a decir siempre la verdad, lo cual he  heredado de mi madre y de mi padre  la sociabilidad”.

Hoy día Verónica, reconocida profesional victoriense,  su hermano médico,  radicado en la provincia de Córdoba y tres hermosas niñas, alguna ya adolescente, guardan dos grandes tesoros en sus corazones, los cuales portarán como estandarte y pilares en sus caminos de vida, cuyos nombres son Enzo y Zully.

 

 

 




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