Vidas en Victoria, hoy Eva y Fernando, dueños de una veterinaria de cepa victoriense

 

Veterinaria Victoria, vale la pena recordar algo de sus orígenes y de su fundador Julio Argentino Sánchez Matharán

El Doctor Julio Sánchez Matharán, hacia 1942 se inició en el comercio de productos veterinarios, y fue designado distribuidor exclusivo de la Química Bayer y del Laboratorio Rosenbusch, quedando fundada así “Veterinaria Victoria”. Fue pionero en la vacunación antiaftosa intradérmica (método original del Dr. Rosenbusch) y también de la vacunación antibrucelósica (cepa 19), con excelentes resultados en esta última, cuyo sistema fue adoptado por la Dirección Nacional de Lechería del entonces Ministerio de Agricultura y Ganadería cuando promulgó la ley que acordaba una bonificación del 5% sobre los precios de la leche entregada a fábricas por los productores que presentaban certificados de “hacienda libre de tuberculosis y brucelosis” extendidos por veterinarios inscriptos en la Dirección de Lechería del Ministerio.
En 1959, previa renuncia al cargo municipal que ostentaba, ingresó al INTA, en el que se desempeñó como extensionista y asesor técnico en el Departamento Victoria hasta el año 1960. Decidió renunciar a ese organismo por fallecimiento del Dr. Cándido Buzzi, que atendía la sanidad de las carnes de consumo, para volver a ocupar el puesto de Veterinario Municipal. Le correspondió inaugurar las tareas sanitarias en el recién construido Matadero Frigorífico Municipal, luego nacionalizado.
Simultáneamente, ejerció como veterinario oficial del Jockey Club Victoria, cargo que ocupó hasta 1982, en que se jubiló. También optó por el retiro voluntario del puesto municipal luego de 28 años de servicio; sin embargo, continuó desarrollando las mismas funciones por contrato, al no haber en esa época otro profesional que lo reemplazara. Cesó en dicha tarea al llegar a la ciudad el colega Dr. Eduardo Balbi.
En la década de los años 70 fue Jurado Sanitario de Admisión en las ferias anuales organizadas por la Sociedad Rural de Victoria. Otro cargo que ocupó fue el de Perito Tasador de hacienda del Banco de la Nación Argentina (sucursal Victoria).
En 1983 y por razones de salud dejó su cargo de Director Técnico de la Farmacia Veterinaria “Victoria”, la que pasó a ser propiedad del colega local, ya fallecido Doctor Mario Valencia.

Veterinaria Victoria, la historia de sus actuales dueños
Tal como reza el párrafo anterior en la década del 80 la veterinaria quedó en manos del Doctor Mario Valencia, quien es tan prestigioso como quien lo precedió y como quienes lo sucedieron en el local veterinario y seguramente su historia profesional daría para escribir varias hojas al respecto; pero en este caso que nos atañe, fue el puente para conocer estas historias de vida que protagonizan hoy nuestra sección “Vidas en Victoria”; cuyos nombres son Eva Antivero y Fernando Mariani.

La historia de dos jóvenes profesionales
Eva Antivero y Fernando Mariani son médicos veterinarios, sus vidas se entrelazaron en el centro de la provincia de Buenos Aires cuando cursaron, estudiaron y se recibieron en los claustros universitarios tandilenses.
Eva comenzó el relato, “los dos nos recibimos en Tandil, nos conocimos en la Facultad y cuando nos recibimos cada uno buscó abrir su camino, si bien había unas puntas laborales en otros lugares, yo me vine a descansar ese verano a Victoria era 1997, yo tenía mi familia acá y durante ese verano me salió mucho trabajo y terminé quedándome, fui afianzándome y al poco tiempo me asocié con Mario Valencia y ahí empecé mi camino en la veterinaria, Fernando por su parte se ubicó en Bahía Blanca en el Inta Ascasubi, pero pasado el tiempo teníamos que tomar una decisión y nos gustó esta ciudad para proyectarnos como familia”.

Respecto de los albores de la veterinaria en sí, Eva comenta que en el depósito guarda los frascos que Sanchez Matharán usaba para los preparados, además de algunos recetarios escritos con pluma, una verdadera joya, según expresó; destacando que hoy día no se pueden realizar esas recetas magistrales de otrora, por el avance de los laboratorios.

“Nosotros siempre estuvimos en calle Maipú frente al Banco Nación, hace tres años nos mudamos a la Avenida Centenario y desde abril de este año estamos aquí en calle 9 de julio 269, ya que cuando Mario Valencia fallece sus hijos disponen vender el lugar y ahí es donde yo me traslado, pero la veterinaria sigue siendo la misma en otro domicilio”, aclaró.

La actual Veterinaria Victoria, mascotas, apicultura y mucho más
“Nosotros nos enfocamos y especializamos en clínica, medicina y también Pet Shop, es decir ropa, juguetes, alimentos balanceados, nos abocamos calificadamente a pequeños animales, mascotas específicamente, cuando digo parte clínica significa que podemos hacer internación, cirugías, limpieza dental con ultrasonido y demás calificaciones ”.
Lo último que han incluído es un ecógrafo de última generación, a través del cual realizan todo tipo de diagnósticos, patologías abdominales y el seguimiento de preñez en las perras, desde la detección, ya que con una ecografía se puede saber cuántos cachorros vienen, si hay malformaciones y la edad gestacional, pudiéndose incluso predecir la fecha probable de parto.
“El seguimiento de preñez es algo bastante nuevo aquí en Victoria, lo que se asegura es una buena gestación”, adujo la profesional.

Sobre apicultura
Este rubro corresponde categóricamente a Fernando Mariani, la “otra pata” de esta historia, quien se dedica a todo lo que es sanidad apícola, así relató a LA SEMANA su camino en la profesión,
“ apicultura es una especialización de la carrera, cuando me recibí me fui a Inta Ascasubi a hacer investigación, mi trabajo como contratado fue atender problemáticas, llevar ensayos experimentales y redactar publicaciones varias en revistas como Vía apícola española, presenciar congresos nacionales de apicultura, es decir todo lo que hace un técnico de Inta, investigar y publicar”, explicó.
Destacando que en el año 1997, comenzó a asesorar a los apicultores en todo lo referente a apicultura orgánica, temática que recién se empezaba a gestar en el país; ya en el 2001 cuando Argentina ardía políticamente, se empezaron a retirar los contratos en Inta, situación que aceleró su venida a Victoria, donde convocó a los apicultores y comenzó a hacer aquí asesoría orgánica.

Las siete colinas….”un lugar en el mundo”
Desde aquel Tandil que los vio estudiar y emprender un camino de vida, también el destino quiso que llegasen aquí a esta ciudad.

Así lo siente Eva, quien remata esta nota, “ Victoria nos dejó una historia de vida espectacular, es nuestro lugar, en el que nos proyectamos como familia y donde crecimos profesionalmente y nuestro hijo es el que seguirá nuestros pasos desde esta ciudad, nuestro lugar en el mundo”.




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