Hace unos días era noticia que el ex diputado provincial, Juan Carlos Almada, dejó de ser secretario general de la Federación de Trabajadores Municipales de Entre Ríos (Festram) después de 12 años de liderazgo. Dialogar con él es hacer referencia a una vida llena de experiencias que le han permitido ser poseedor de una gran “sabiduría popular”.
Una de las premisas del autor José Hernández en su obra Martín Fierro dice: “Hay hombres que de su ciencia /Tienen la cabeza llena; /Hay sabios de todas menas, /Más digo sin ser muy ducho / Es mejor que aprender mucho /El aprender cosas buenas” y probablemente en el dirigente Juan Carlos Almada se reflejen las palabras de este autor.
Tranquilo, en un tono pausado, haciendo mucho uso de términos en plural y definiéndose como un gran creyente en Dios, recibió a LA SEMANA para dialogar sobre su carrera gremial, política, sus desafíos y analizar las últimas elecciones.
Almada se describe como “un trabajador humilde, consecuente con su pensamiento, luchador hasta las últimas consecuencias por sus ideas y al servicio de una clase trabajadora muy olvidada a nivel nacional, provincial y municipal. Un trabajador que fue muchas veces vapuleados, pero que a través de los años, de nuestro trabajo y nuestra predica, hemos puesto a muchísimos municipales no solo de mi ciudad, sino de mi provincia en un lugar aceptable”.
Trayectoria en primera persona
Al momento de mirar sus años de actividad dice: “Esto es más que el barrendero, es muy difícil que un trabajador pueda llegar a ocupar una banca en la Cámara de Diputados, haber sido Convencional Constituyente o tener todos los cargos que me honraron a mí los trabajadores llevándome a la Festram, fui secretario de prensa de la Confederación Municipal Argentino, agrupamos un poco más de 500 mil trabajadores del país” afirma quien llego a ser un dirigente gremial tras un enorme trabajo de mucha gente a fines de los años 70 y principios de los 80, “querían tener a alguien que los defendieran que no lo tenían, entonces entramos a trabajar y trabajar donde realmente precisaba el trabajador municipal, principalmente era el reconocimiento, las ordenanzas, los estatutos, las viviendas. Tuvimos la posibilidad que no la desperdiciamos con otros tres gremialistas (César Cruz, Adrián Gómez y Juan Ganani) logramos crear 14 cajas de jubilaciones municipal”.
Por otro lado Almada, se define como alguien que siempre contó con la ayuda de un ser superior. “El de arriba siempre puso la mano en lo que hemos hecho, soy muy creyente, pero enserio, no para cuando ando mal, tampoco soy diputado sino fuera por la gracia de un problema serio que tuvimos todos. Porque faltando muy días para la elección, nosotros creamos en este sindicato – Soemver – la Agrupación de Trabajadores Peronistas para trabajar para Jorge Busti, con quien estábamos peleados y me perseguía a mí porque habíamos creados 14 cajas de jubilaciones a nivel gremial”.
En ese entonces el ex gobernador Jorge Busti, era senador y convoca a Carlos Almada a trabajar en su línea política, mientras que en la ciudad de Victoria existían cinco dirigentes destacados: Juan Carlos Stratta, Luis “Chuni” Márquez, César Etchart, César Garcilazo y Carlos Garbelino, cuando los cargos solamente eran tres (intendente, diputado y senador).
Luego de un encuentro Almada cuenta que Jorge Busti le dice: “Gordo tenemos que dejar de pelear” y le plantea el desafió de realizar un acto tras uno que ya habían realizado en el Club de Pescadores del sector perteneciente de Martínez Garbino (“los perfumados” como les decían en esa época de pulseada política) con una asistencia de 423 personas.
“Entonces Busti me pide que organicemos un actito con cincuenta personas más que el otro acto. Y yo que no me achique nunca fui para adelante y le dije te vamos a meter mil, nosotros éramos unos piojosos que hacíamos colectas para comprar yerba, por supuesto que hubo mil personas, hasta los “mamao” estuvieron en el Club Sarmiento, con la mala suerte que se nos descompone Fernando Crozza arriba del escenario, hacía noventa días que lo habían operado del corazón y lo llevamos al Policlínico” comenta.
Ante ese episodio que golpeo duro al sector de Almada, pasado veinte días se retomaron las actividades y tras una nueva reunión con Jorge Busti en Gualeguaychú le propuso ser el candidato a diputado por el butismo.
Por un lado se conforma una lista encabezada por “Chuni” Márquez, Juan Carlos Stratta y César Etchart y por otro lado Carlos Almada, Carlos Garbelino y César Garcilazo, siendo estos últimos los ganadores de la interna peronista y posteriormente las elecciones generales.
“Cuando ingrese no era solo diputado, sino que tenía 37 sindicatos de la provincia porque era presidente de la Festram, el sueño de Fernando – Crozza- era que yo fuera diputado, porque él quería que llegará un negro, él quería que llegará un pobre, que llegará un trabajador. Venia casi todas las noches y siempre alguna cosa me decía. Gracias a esto que me machaba permanentemente lo hice en un momento determinado y pude llegar” recuerda Almada.
En un momento de la charla el ex legislador parece emocionarse y resalta que siempre fue como los caballos que usaban anteojeras, siempre miró hacia adelante. “Quizás sin ser un brillante legislador, estuve a la altura de las circunstancias sin ninguna duda, porque lo que nos querían hacer creer toda la vida, una serie de profesionales que todos los cargos eran para ellos, yo pude demostrarles que teniendo séptimo grado, teniendo respeto, siendo coherente, pude desempeñarme perfectamente. Tal es así, que una de las cosas más hermosas que me pasaron desde lo público fue haber compartido con más de 20 mentes más brillantes de la provincia el ser Convencional Constituyente”.
Además asevera que, “no siempre se necesita poner un título en la mesa, sino se trata de no excluirse. Si uno está convencido de la lucha, siempre hay que ir para adelante. Nunca me han asustado los desafíos” dice convencido que lo que importa en un hombre vinculado a la actividad gremial y política son los hechos y no las palabras.
“En 36 años me paso de todo, mayormente hubo gente extraordinaria que me quisieron y me respetaron, pero hubo otros que no y está bien que sea así, no me enoja porque en la vida, una es de cal y otra es de arena. Sería muy pedante si dijera que no tengo enemigos, porque en esto hay gente que te puede apreciar y otra que no” dice.
Almada cuenta que lo importante lo aprendió del doctor Abraham Bartolini, quien lo adoptó casi como un “hijastro” para darles clases en su estudio y marcarle la lectura de algunos libros que consideraba que era necesario que conociera como dirigente. “Él me decía, jamás vayas a creer que vas a encontrar la perfección total, menos en un gremialista, lo que tenes que hacer es aprender a hacer un balance a mitad o fin de año y ahí las pones a todas” como una forma de ser autocrítico.
En un rol destacado marca la presencia de su familia, ya que si no los hubiese tenido se le habría dificultado ocupar los diversos cargos en lo gremial y lo político.
Peronismo hoy
Almada al momento de analizar la derrota del Peronismo en la última elección se acomoda en su sillón, enciende su cuarto cigarrillo y manifiesta: “Hoy veo que con todas las investigaciones de la Justicia, que creo que debería haber investigado tiempos atrás, hoy en esta situación creo que la gente percibió lo que se está poniendo a la luz. Hubo muchos compañeros y compañeras que hicieron mucho para que perdiéramos”.
Y mostrándose aún más autocritico no duda en afirmar que, “la democracia y la política va percibiendo, al igual que el cuerpo, uno lo daña y le hace cosas, va pre avisando, pero si vos sos soberbio, sos pedante, no escuchas a la gente, por supuesto que se te van a escapar algunas cosas, no creo ser el dueño de la verdad, pero siempre me maneje con muy buena información, nunca improvisé con respecto a la política, yo sabía quién estaba trabajando y quién no. Yo sabía quién iba a caretear a la promotora a las 17, a las 18, a las 19 horas, yo iba a los lugares donde teníamos que caminar y ahí no andaban. Había políticos de media hora”.
Finalmente considera que no necesita ostentar un cargo partidario para hacer política, en cuanto a nivel local plantea que le interesa que la gestión municipal sea buena para que los empleados municipales tengan asegurado su futuro, pero está convencido que en el 2017 estará en la calle peleando desde lo política bajo la bandera del peronismo.
Confía que hay una juventud preparada para ocupar lugares políticos en las próximas elecciones y como alguien que ha cumplido con la tarea encomendada dice en un tono sin demasiada prisa, “me voy feliz de la Festram, porque tengo la conciencia tranquila de haber hecho lo que pude, me voy tranquilo porque dejo una conducción gremial que sigue el pensamiento, donde hay una línea de conducta de respeto y códigos”.
(la entrevista completa en La Semana)