El incidente tuvo lugar en la tarde de este sábado cuando una mujer de 22 años de edad, identificada como Giuliana Alonso, regresaba de su trabajo circulando al mando de una moto de baja cilindrada por bulevar Moreno, en inmediaciones de su intersección con Yrigoyen, donde fue “atacada” por un grupo de muchachos que jugaba al carnaval.
En la caída Alonso sufrió una fractura en su brazo derecho, un profundo corte en el mentón (por el que debió recibir varios puntos de sutura), y golpes y excoriaciones en distintas partes del cuerpo.
De más está decir que el juego de carnaval no autoriza a arrojarle globos a cualquier persona, sino a aquellas que también están jugando.
Bombuchazo
El año pasado un grupo de jóvenes vecinos de las siete colinas planteó a la Municipalidad la posibilidad de desarrollar una “guerra de bombuchas” en una zona controlada de la ciudad, evento que tuvo lugar, sin demasiado acompañamiento oficial más allá del corte del tránsito, en la zona de la costanera que va entre Laprida y Congreso.
En su momento, uno de los argumentos en favor de la generación de este evento -que tuvo eco a través de las redes sociales, pero que finalmente no contó con el acompañamiento multitudinario que se esperaba- era que permitiría que en una o dos jornadas, en un ámbito controlado y comparativamente seguro, quienes quisieran jugar podrían “quitarse las ganas”, evitando de esta manera que el juego se desarrolle en cualquier punto de la ciudad, convirtiéndose en una amenaza para quienes circulen el sábado por la tarde.
Una convocatoria organizada para un sábado y/o domingo por la tarde, en un lugar en el que se puedan cargar globos con agua, permitiría a la Municipalidad prohibir el juego de agua en las calles de la ciudad sin quitarle con esto la posibilidad de jugar a quien quiera hacerlo, generando incluso un evento de atractivo turístico.