Como en oportunidades anteriores, la prueba es organizada por la empresa rosarina EcoRace, con las correspondientes autorizaciones de Vialidad Nacional y Gendarmería, y partirá de la cabecera de la segunda ciudad del país hasta el peaje, en territorio victoriense, esperándose la participación de numerosos atletas de las siete colinas.
El horario de interrupción del tránsito será de 6:30 a 10:00, aunque tradicionalmente la apertura -al menos en el sentido Rosario – Victoria, se da apenas el último competidor salió de la zona de riesgo.
¿Prueba atlética o negocio redondo?
Con inscripciones de entre 220 y 300 pesos y a cerca de 5 mil corredores, es fácil pensar que sólo en este concepto la organización facturará más de un millón de pesos, a los que debe sumarse el aporte de los auspiciantes -empresas de primera línea que fácilmente sumarán un volumen monetario comparable- y la colaboración de las municipalidades de Rosario y Victoria que en buena medida aportan personal para la organización y el control de la prueba, como ocurre generalmente con este tipo de competencias, como por ejemplo, las pruebas del triatlón entrerriano.
Más allá de que cada competidor recibirá un kit cuyo valor en estos volúmenes no alcanza a la mitad de la inscripción, está claro que las competencias de estas características hace rato que dejaron de tener relación con el deporte amateur para convertirse en un negocio para un puñado de empresarios que, aprovechando la infraestructura que se les brinda gratuitamente desde el Estado explotan un nicho en el que ganan millones y ofrecen como premio 3 mil pesos al ganador de la prueba, una desproporción que expone claramente cuáles son las prioridades de la organización.
RESUMEN DEPORTIVO
