En los últimos días tomó estado público en diversos medios provinciales el caso de un joven de Victoria que afirmó a través de su cuenta en Facebook que se encadenó en su casa en reclamo de que “le consigan una novia”. Este sería el mensaje final en el marco de una enredada trama de lamentos, groserías, incongruencias y absurdos escritos “a la que te criaste” que tienen como única finalidad que se hable de él.
No es la primera vez que busca llamar la atención. El año pasado participó de un programa de juegos conducido por Guido Kaczka, en el que se mostró más interesado en mostrar sus tatuajes de Justin Biever que en ganar el juego que le propusieron. De la misma manera, apareció en un noticiero de un canal de Buenos Aires, afirmando en pleno centro porteño que había llegado caminando desde Victoria para ver el recital de Justin Biever, más allá de que su entorno niega que haya ido a pie.
Ahora, en el marco de una retórica en la que afirma que “Estoy encadenado en la ventana de mi casa y ahora sí, ni pienso moverme hasta que no me consigan una novia; o sea nunca, porque soy un asco, el más feo”, dando a entender que realiza una huelga de hambre y amenazando con prenderse fuego si no logra su cometido.
Para no pocos, su encadenamiento y huelga de hambre son tan fidedignas como su caminata a Buenos Aires.
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