Lamentablemente, lo que debió convertirse en una fiesta deportiva y un aliciente para el turismo aventura en nuestra ciudad finalizó con escándalo a través de la web.
En el sitio de Facebook del grupo organizador, Hay Equipo, las críticas fueron de un tenor tal que sus propietarios decidieron cerrar ese espacio, lo que no acalló las críticas en las redes sociales, ya que varios de los 600 participantes indicaron que se sintieron estafados, con una inscripción que no era barata y sin que se les brindaran varios de los servicios comprometidos.
La competencia, en la modalidad 10K, finalizó sin problemas, imponiéndose el paranaense Adrián Ramírez y en damas la colonense Jacqueline Castillo. En 21K, los ganadores fueron la paceña Marcelina Alejandra Maciel y Juan Ricardo Ferrero, de Bel ville, Córdoba.
En esta última modalidad se desató la polémica, ya que otros competidores se adjudicaban el triunfo, situación que en algún momento desbordó a la organización.
Juan Bautista Luque, uno de los integrantes de Hay Equipo, junto a Marcelo Patiño y Cristian Lacco, publicó “De mi parte, a los corredores que participaron y tengo como amigos en mi face, realmente quiero pedirles mis disculpas, hice todo lo que pude a mi alcance dentro de mis limitaciones para poder atenderlos de la mejor manera, pero hubo factores de los cuales yo no pude encargarme al tener limitada mi movilidad. Me pone muy triste tener que quedar mal con gente querida, con amigos, con gente que apenas conocía de face y vinieron a participar con la mejor onda. Si cometí algún error de mi parte lo asumo, pero hubo muchas cosas de las que yo no me encargaba y realmente tampoco podía, me gustaría que la gente que se vio perjudicada por mi culpa exclusivamente y se ha estado quejando públicamente y diría que hasta agrediendo,entienda en que situación me encuentro y que entienda que di todo por atenderlos de la mejor manera”.
Entre las críticas de carácter constructivo que se publicaron en las redes sociales se indica “poco personal en la acreditación, ya que la mayoría dejaron para el último día el retiro del kit”, “la señalización era pobre en algunos lados lo que motivó que se perdieran” y “lo peor es que no había nada para tomar o frutas cuando terminamos”.
Otras, de carácter más incisivo, indican que la cuestión económica fue verdaderamente preocupante, indicando que no sólo se les cobró la incripción, sino también el estacionamiento al llegar, aduciendo que se trataba de un camping a pesar de que no se contaba con ningún tipo de servicios.
La logística también sufrió numerosas críticas, a partir, por ejemplo, de que “el generador se quedó sin nafta”, según se indica en algunos posteos, lo que hizo que se trabajase con luces de emergencia.
Las cuentas que hacen es que 600 inscriptos a 200 pesos cada uno implican 120 mil pesos que no se vieron invertidos de manera razonable en la organización del evento.
Seguramente no es deseable que las críticas lleven a dejar de lado lo que podría ser un emprendimiento más que interesante y con mucho potencial, pero evidentemente obligarán a una reevaluación considerable de la organización.
Es de esperarse que, más allá de la mala experiencia, pueda haber una segunda edición en la que se pueda demostrar que se corrigió todo lo que había que corregir, y que la fiesta deportiva sea una fiesta.