La movida de restauración del templo parroquial de Nuestra Señora de Aránzazu no se detiene. Primero fueron las tareas de pintura, los vitrales, y ahora se ha encarado al restauración del templo mayor, tarea que ha sido delegada a artistas locales entre los que se encuentran Ramiro Salinas, Luis María Andrade, Marisé Sabino y Marita Reynoso. El trabajo comprende la limpieza total del altar de 8 metros de ancho por 20 de ancho, tareas de desinfección (realizada ya la primera etapa) y reacondicionamiento de las imágenes de San José, San Pablo, y San Pedro. La familia Vigliani colaboró esta semana con el descenso de las imágenes, de gran peso.
Más información, en la edición impresa de La Semana del sábado 19 de enero.
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