Al cumplirse el 19 de septiembre un nuevo aniversario de la desaparición física de Don Tránsito Cocomarola, los chamameceros de todo el país, cada uno a su manera encontró un motivo para festejar.
Indudablemente uno de los principales referentes del género en la región es Monchito Merlo, quien no solo supo construir desde su propia carrera un nombre de preponderancia entre los chamameceros, sino que desde su familia también arrastra una estirpe musical relacionada eminentemente con los sonidos que identifican al litoral.
En diálogo con el programa Puntos Comunes de LT 39 contó sus sensaciones con respecto a la celebración.
Entre las reflexiones que nos dejó dijo que no se imagina ser:
“Desde que tengo uso de razón, circundó sobre mi hogar el chamamé. Yo tengo 58 años ya, y desde los 4 es que yo recuerdo a mi padre (Ramón Merlo) con el acordeón, o recibiendo en mi casa a otros músicos importantes como por ejemplo Don Abelardo Dimotta que venía desde Entre Ríos, o Ernesto Montiel, que llegaba desde Corrientes” dijo Monchito al tiempo que agregó “mis hijos también vienen con el chamamé, asi que es una bendición.
En otro tramo de la entrevista contó que “miro para atrás y me encuentro con que yo estuve con Tarragó Ros, estuve charlando en él. Ibamos con mi padre a buscarlo al departamento para llevarlo al doctor porque estaba solito él. Y don Tarragó me decía Moncho vos ahora tenes que ir para Buenos Aires así tu carrera asciende más rápido, y yo le decía que no, que me iba a quedar en Rosario nomás.”
Monchito mira años atrás y encuentra a todos los más grandes del chamamé a su lado, siempre con una palabra, un consejo. Ahí pasan por su mente los recuerdos de Cocomarola, de Montiel, De Tarrago, de Isaco Abitbol. Todos maestros, todos enormes creadores de un género que hoy moviliza a grandes masas en los festivales chamameceros.
“Hoy agradezco a dios haberme cruzado y compartido gratos momentos con Mario Millan Medina, con Edgar Estigarribia, quienes han ofrendado su vida para nuestra música amada, por defender lo nuestro. Yo considero a la música dentro de las cosas primordiales para que se mantenga intacto nuestro sentimiento, nuestra tradición.” agregó Monchito.
El chamamé no solo fue y sigue siendo para Monchito Merlo no solo una pasión, sino que su medio de vida. Le ha permitido también conocer diferentes países a través de su acordeón. Giras por Paraguay, Brasil, Estados Unidos, Canadá