Corría diciembre de 2015 en la Argentina y una frase inundó las primeras planas nacionales “no están dadas las condiciones para que vaya”, palabras aquellas, vertidas por los entonces voceros de la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner, Wado de Pedro y Oscar Parrilli, sentando así un pionero precedente; en cuanto que quien terminó su gestión, no entregó su mando al que le sigue en su cargo.
Aquel verano del 2015, cien por ciento argentino, hizo espejo en el majestuoso Capitolio, en Washington D.C., del país norteamericano, este miércoles 20 de enero 2021; ya que el Republicano Donald Trump, no hizo la pertinente entrega de mando; ofuscado por un resultado que no lo reconoció adverso a sí mismo, llegando incluso a atentar contra la idiosincracia misma estadounidense, con sus secuaces.
Dos idénticos comportamientos los de Cristina Fernández y Donald Trump; uno claramente de una voráz mirada de bonomía al mundillo empresarial, en tanto la otra, su absoluto contrapuesto. Entonces, ¿será que esas miradas y posturas antagónicas dejan de ser decisorias al momento de la acción del ego y de la tolerancia a la frustración? ¿entonces no los movía el bien común, sino su propio YO?…actitudes y comportamientos que exponen que en cuestiones de poder, pareciera que las lides políticas quedan en segundo plano, por sobre la mega valoración de sí mismo.
Para hablar de aquello, desde LT39 NOTICIAS, entrevistamos al prestigioso y calificado médico psiquiatra, psicoanalista, actor, dramaturgo y escritor, entre tantas otras cosas, que desenvuelve a través de sus talentos; José Eduardo Abadi.
Una primera parte, donde nos conceptualizó al ego, a la tolerancia a la frustración; utilizando concatenadamente frases y palabras como, “algunas personas tienen la dificultad de entender que la vida son ciclos…la vida es creativa, porque hay cambios”.
“A todo ego obeso, le corresponde un YO desnutrido”, enfatizó; agregando luego que el ego representa la debilidad, “cuando uno deja de mirar su ombligo y registra al prójimo, empieza a crear vínculos”.
“El ego no admite al otro…el ego quiere certezas y sino, las niega, como por ejemplo no presentarse a entregar el mando”, indicó. (audio)
Claramente, el ego, elabora de manera excesiva la propia personalidad, que lleva a una persona a creerse el centro de todas las preocupaciones y atenciones; deviniendo a posteriori, en la poca tolerancia a la frustración, explicó Abadi; para luego acompañar su apreciación con la figura del filósofo francés Voltaire, gran defensor de la ciencia, si los hubo, el europeo dijo “la duda es incómoda, pero la certeza es estúpida”.
Rematando aquello con otra frase implacable, “un verdadero maestro enseña mucho a su alumno, pero verdaderamente enseña, cuando le da herramientas para refutarlo”. (audio)
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