Faltan límites entre lo público y lo privado

Desde hace un tiempo que se viene peleando por parte de las organizaciones sociales, políticas y de género en recalcar que la violencia física es la consecuencia de distintas expresiones violentas que suceden antes y que se manifiestan de manera simbólica y psicológica.
La violencia de manifiesta de diversas maneras y muchas veces se torna común en ámbitos que han sido creados con otros fines, como son los grupos de WhatsApp que generalmente se realizan con el fin de fomentar la comunicación, pero lamentablemente está tornando común que muchos salgan de dichos grupos, ya que en forma permanente aparecen los agravios.
Otro punto a tener en cuenta con los noviazgos, sobre todo los adolescentes, son terreno fértil para que a través de prácticas como los celos, las infidelidades y la propiedad de la mujer bajo la dominación del varón generen un proceso de violencia que culmina siempre de manera desagradable. 
LA SEMANA consultó a la psicóloga Stella Cistola e indagó: ¿Usted como profesional, porque cree que se suscita tanta violencia en nuestra sociedad?
       Golpes e insultos en la escuela. Padres inmaduros y que  trasladan los temas  frustrados en permanente tensión. Conductores que  convierten en armas sus automóviles, calles violentas, hinchadas visitantes de fútbol ausentes porque no se puede resolver la violencia. Así se desenvuelven nuestros días, fotografías que muestran el panorama social actual en donde la violencia se ha instalado con sus lenguajes y consecuencias.
Por otro lado un sistema que acrecienta las brechas sociales alimentando las agresiones. El respeto no se mantiene como valor, hay que “luchar” para ello, pero casi nadie se respeta ni a sí mismo y, como correlato, menos aún se valora al otro.
Esta sumatoria, hace que la violencia se convierta en un lenguaje tiñendo la cultura en donde no se buscan caminos alternativos para arreglar los conflictos en forma pacífica, y se acude a la violencia. Como sociedad debemos nuevamente redescubrir los valores que deseamos.
 
Tecnología violenta
La tecnología ha traído sus beneficios y también sus contras, hace unos días se tomaba conocimiento de que padres de una institución educativa y otros de una institución deportiva salieron de grupos de WhatsApp a causa del alto nivel de agresión de algunos padres.
En relación a la agresión en los grupos de WhatsApp Cistola manifestó: “Los lenguajes violentos, cargados de descalificación, hostilidad, intolerancia son consecuencia del marco descripto. Nadie discute ideas, se imponen a través de la agresión, no se tienen argumentos para sostener porque requiere una profundidad que lleva tiempo y paciencia expresar, entonces se contesta desde lo instintivo, en donde el otro es alguien a quien someter, no escuchar”.
 
Efecto ´gran hermano´
El mismo nivel de agresión se plantea a través de las redes sociales como Facebook, es como que hay una necesidad de agredir o ventilar hechos de la vida privada en relación a esta situación la profesional planteó: “Los límites entre lo público y lo privado, cayeron, todo se convierte en un ´gran hermano´ donde  se espía, donde lo íntimo carece de límites, donde la necesidad de ser aceptado por el otro aumenta la superficialidad. Sin dudas es una comunicación  plagada de inmadurez donde el compromiso está ausente”.
Finalmente Cistola invitó a: “Retornar a la responsabilidad de sostener lo que se dice y hace, el recuperar la escucha y comprensión de las diferencias, el debatir ideas, el fortalecer los espacios íntimos, aumentarían la tolerancia y el respeto, los grandes ausentes, los que no tienen presencia cuando se rompe día a día la posibilidad de comunicarse para crecer en conjunto”.
La nota completa en La Semana




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