Seis soldados que prestaron servicio durante el conflicto del Atlántico Sur lograron el reconocimiento como veteranos de guerra en octubre del año pasado tras intensa gestiones. Luis Acevedo, Ramón Brassesco, Horacio Busato, Lorenzo Carrizo, Carlos Domínguez, y Carlos Jaime se sumaron así a la Asociación de Ex Combatientes de Malvinas, conformando la Asociación Fuerza Aérea Sur II Brigada Aérea Paraná “1er Teniente Eduardo De Ibáñez”, desde donde colaboran solidariamente con instituciones y trabajan en pos de afianzar ese reconocimiento desde los cultural, histórico y también económico. En diálogo con La Semana Acevedo, Brassesco y Jaime compartieron vivencias y sensaciones de esta etapa de sus vidas.
El 26 de marzo de 1982 el Jefe del Estado Mayor General de la Fuerza Aérea Argentina informó a sus mandos superiores de las intenciones del gobierno nacional de recuperar las islas Malvinas.
El 31 de marzo de 1982 se informó al comandante de la Fuerza Aérea Sur lo que había decidido el Comité Militar y se le ordenó trasladarse a Comodoro Rivadavia para desde allí organizar y conducir la misma.
En las bases de despliegue, no se descartaba una posible incursión aérea o de comandos contra las instalaciones y material de vuelo, por lo tanto se reforzaron las medidas preventivas y para de los aviones se dispersaban durante las horas nocturnas.
“El 2 de abril nos reunieron a todos en la plaza de armas, eran las 6 de la mañana y nos informaron que habíamos tomado Malvinas, y que íbamos a desplegar los aviones Canberra”, recuerda de aquél momento Luis Acevedo. “En ese mismo momento quedamos incomunicados, solo nos hicieron escribir unas líneas en un documento abierto….”, aporta Ramón Brassesco, quien se reencontró con esa carta al regreso de la guerra. Ambos coinciden en que no tenían miedo “porque no sabían a qué iban”. Para Acevedo “era como una aventura”, ya que siempre había querido viajar a Malvinas”. Luego, cuando en la base aeronaval vimos los Camberra, los grupos electrógenos, las bombas… y cuando nos dijeron hoy duerman vestidos con el fusil en las manos… recién entonces vimos que iba en serio”.
Esta imagen de Acevedo marca a las claras el compromiso de guerra que tenías estos hombres (adolescentes entonces), a pesar de no haber estado en las líneas directas de combate. “Empezaba a carcomerte la incertidumbre”.
Estos exsoldados entienden que la Fuerza Aérea es más profesional, de allí que no conocieron ningún tipo de abusos. “Comíamos bien y sufríamos el frío como cualquiera”.
Los pilotos argentinos fueron la gran vidriera del gobierno dictatorial para promocionar ante el pueblo el accionar militar. Es verdad que la Fuerza Aérea Argentina fue desequilibrante en la batalla. De hecho, los Pucará adquirieron un prestigio casi mitológico por sus vuelos rasantes en los mares del sur que les abría
Si Menéndez hubiera puesto a disposición del operativo final los 2.000 colimbas que tenía para su protección personal otra hubiera sido la historia… No sé si para bien o para mal, porque se decía que el Reino Unido tenía previsto arrojar bombas nucleares a Córdoba y Rosario, pero reconocido por el general Thompson, de los ingleses, ellos estuvieron a cuatro horas de rendirse”, asegura Acevedo.
Entre Ríos es una de las pocas provincias que todavía no reconoce a más de 90 entrerrianos bajo bandera y afectados a la Fuerza Aérea Argentina como veteranos de guerra. El año pasado recién se logró uno de los objetivos en Victoria, ayer el reconocimiento alcanzó a los veteranos de Chajarí.
El 1er teniente Eduardo De Ibáñez fue el primer piloto muerto en combate en la historia de la Fuerza Aérea Argentina, en la primera batalla de la que participó, el 1 de mayo de 1982, fecha que se recuerda como su bautismo de fuego, ya que a pesar de haber sido creada antes de la II Guerra Mundial, nunca había entrado en combate. “Nosotros lo conocíamos, lo esperábamos a las 16:15 pero el avión nunca regresó”.
Ninguno de ellos estuvo en el frente de batalla propiamente, pero estuvieron participando en las acciones logísticas que los ponían como un blanco para el enemigo.
(Del archivo de La Semana)
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